Los jesuitas reclaman más seguridad durante la Misa de los religiosos asesinados en México: "No vamos bien"

Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, acribillados el pasado lunes junto a un guía turístico en el interior de la iglesia de Cerocahui

Los jesuitas reclaman más seguridad durante la Misa de los religiosos asesinados en México: "No vamos bien"

Redacción Religión

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Este domingo ha tenido lugar la Misa funeral por los dos sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, acribillados el pasado lunes junto a un guía turístico en el interior de la iglesia de Cerocahui, en el corazón de la sierra Tarahumara de México.

Durante la Misa, los religiosos jesuitas pidieron al presidente de México, López Obrador, revisar su estrategia de seguridad y denuncian que el país está invadido por la violencia: "Respetuosamente pedimos, señor Presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública, porque no vamos bien, y esto es clamor popular", dijo el sacerdote jesuita Javier Ávila, líder de la comunidad en Cerocahui, Chihuahua.

"Este evento lamentable no es aislado en nuestro país, un país invadido por la violencia y por la impunidad, nuestro tono es pacífico pero fuerte y claro", agregó. Ávila también señaló que "los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos", en una clara referencia a la frase que López Obrador acuñó para enfrentar a la delincuencia a "abrazos no balazos"

Por su parte el representante en México de la Compañía de Jesús, Luis Gerardo Moro, señaló que "la realidad de violencia no se va a resolver sólo capturando a los cabecillas de los grupos delictivos".

La ceremonia se celebró en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la ciudad de Chihuahua, capital del estado del mismo nombre, en recuerdo de Campos Morales, de 79 años, y de Mora Salazar, de 80, quienes intentaron auxiliar y brindar protección a Pedro Palma, quien entró en la iglesia huyendo de personas armadas, por lo cual fueron asesinados.

La investigación de los hechos

Después del ataque los cuerpos fueron retirados de la parroquia Francisco Xavier en localidad de Cerocahui, en Chihuahua, lo que provocó la indignación de la sociedad mexicana. El jueves, el presidente López Obrador prometió que se investigará "a fondo" el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y ofreció recompensa por el presunto homicida.

Ese mismo jueves, autoridades del estado mexicano de Chihuahua, Guardia Nacional y Ejército mexicano aprehendieron, en el municipio Urique, a César Iván P. P., quien fue identificado como primo de José Noriel Portillo Gil, conocido como El Chueco, y quien está relacionado con los asesinatos de los sacerdotes jesuitas y del guía turístico.

Los hechos se enmarcan en una ola de violencia que se vive en México, pues se tiene registro de 33.316 homicidios en lo que va del año, después de los dos años más violentos de su historia, con 34.688 víctimas de asesinato en 2019 y 34.554 en 2020.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la percepción de inseguridad de los mexicanos aumentó del 65,8 %, en diciembre de 2021, al 66,2 % en marzo pasado.

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