Los obispos de Estados Unidos afrontan la Asamblea Plenaria con el reto de recomponer la unidad

La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) celebra en Baltimore, desde este lunes y hasta el jueves 18 de noviembre, su Asamblea Plenaria de otoño, un encuentro en el que se debe renovar la presidencia del organismo y elegir a los responsables de sus seis comisiones.

Concluye el mandato del arzobispo de Los Ángeles, José Horacio Gómez, y su relevo, esta vez, resulta más incierto que nunca. En la USCCB es norma no escrita que el elegido sea el vicepresidente, pero en esta ocasión el puesto recae en el arzobispo de Detroit, Allen Vigneron, que tiene 74 años, y para ser elegido presidente se requiere poder terminar el mandato antes de alcanzar la edad canónica de jubilación, lo que no es el caso.

Las quinielas para la sucesión circulan desde hace tiempo. Son diez los candidatos preseleccionados, ninguno de ellos cardenal. De entre ellos saldrán los nuevos mandatarios. Se trata de los arzobispos Salvatore Cordileone (San Francisco), Timothy Broglio (castrense), William Lori (Baltimore), Paul Etienne (Seattle), Gustavo García-Siller (San Antonio), y Paul Coakley (Oklahoma City); y los obispos Daniel Flores (Brownsville, Texas), Kevin Rhoades (obispo de Fort Wayne-South Bend, Indiana), Frank Caggiano (Bridgeport, Connecticut) y Michael Burbidge (Arlington, Virginia).

La mayoría de estos obispos tienen un perfil conservador, siendo poco probable que dos de ellos, Cordileone y Broglio —este último exscretario personal en su día del cardenal Sodano— conciten el apoyo mayoritario de la Asamblea debido a su perfil excesivamente combativo. Los observadores afirman que en el ala conservadora (la continuista) los mejores posicionados son el arzobispo de Baltimore, William Lori, y el obispo Daniel Flores, este último presidente de la Comisión de Doctrina. El ala reformista, por su parte, tendría a su mejor representante en el arzobispo de Seattle, Paul Etienne.

Los finalmente elegidos se desempeñarán un año como presidente y vicepresidente electos antes de dar comienzo a su tres años de servicio.

Agenda densa

La agenda del encuentro es densísima. Además de elegir a sus líderes, los obispos van a hablar en las sesiones de trabajo acerca del Sínodo sobre la Sinodalidad; la guerra en Ucrania; el apoyo a las mujeres y a las familias tras la decisión de la Corte Suprema sobre el aborto; la política migratoria; la Jornada Mundial de la Juventud de 2023; la Eucaristía; la preparación al matrimonio; las traducciones de los rituales litúrgicos; las causas de beatificaciones y canonizaciones en marcha; y el presupuesto del año próximo. Serán asimismo informados de la atención a los más desfavorecidos y a los migrantes que llevan a cabo el Catholic Relief Services (Cáritas), la Catholic Charities USA y la Catholic Legal Inmigration Networ (CLINIC). Como en ocasiones anteriores, está previsto que las sesiones de algunos días —en concreto las del martes y miércoles— sean públicas y retransmitidas en directo.

El tema del aborto va a estar nuevamente muy presente en el pleno, el primero desde el histórico fallo de junio de la Corte Suprema anulando la sentencia Roe v. Wade.