Misiones Salesianas lanza la campaña 'Infancias Perdidas', en apoyo a los niños que viven en pobreza extrema
Los misioneros en todo el mundo trabajan para mejorar la vida de estos niños y niñas, darles una educación de calidad, acompañarlos y darles apoyo
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Misiones Salesianas ha lanzado la campaña 'Infancias Perdidas' para apoyar a los menores que viven en las calles, los niños y niñas refugiados, los menores no acompañados en las frontera y todos aquellos que viven en hogares pobres; y pide a los gobiernos que hagan "una apuesta real" por ellos, con motivo del Día Mundial de la Infancia, que se celebra este sábado 20 de noviembre.
"Más pobreza, más hambre, menos niños y niñas en la escuela, más trabajo infantil, más matrimonios de menores, menos salud, menos protección, en definitiva, una infancia más vulnerable. Es lo que ha pasado en este tiempo de pandemia", ha explicado la portavoz de Misiones Salesianas, Ana Muñoz.
Un aumento del 15% de la pobreza infantil durante la pandemia
Según señalan desde Misiones Salesianas, la pobreza infantil ha aumentado "un 15%" en este tiempo de pandemia y "todos los indicadores sobre el bienestar de los niños y niñas han ido a peor en este tiempo".
"Hay más de 250 millones de niños y niñas que no van a la escuela, más de 164 millones tienen que trabajar, se prevén más de 100 millones de matrimonios infantiles antes de que finalice la década, más de 140 millones de menores viven en hogares pobres, más de 100 millones viven en la calle", recuerdan.
Ante esta situación, los misioneros salesianos en todo el mundo trabajan para mejorar la vida de estos niños y niñas, darles una educación de calidad, acompañarlos, darles apoyo y "hacerles los protagonistas de sus vidas".
Las historias de la campaña 'Infancias Perdidas'
En concreto, cuentan el caso de Jonás, que salió de las calles de Benín y hoy quiere ser agrónomo; de Mark, que ha tenido una segunda oportunidad en el Centro Magone de Filipinas tras estar en prisión por vender drogas; de los cientos de niños y niñas que trabajan en las fábricas de ladrillos de Pensahaur, y que los salesianos tratan de que vuelvan a la escuela; de los menores desplazados en Gumbo o de los pequeños refugiados de Palabek, que reciben una comida nutritiva y educación; y de los niños y niñas que están en Tijuana y que encuentran lugares donde los protegen.
"Son millones de niños y niñas a los que los misioneros salesianos tratan de ayudar, a veces, en situaciones críticas", añaden desde la organización, que muestra su compromiso con "todos esos niños y niñas que no tienen infancia, que no nacen en el lado bueno del mundo y que no cuentan con oportunidades".