El motivo por el que el mexicano Martín Muñoz se convirtió en monaguillo de la Catedral de Notre Dame de París: "Pensé que era broma"
Para Martín, el sábado 7 de diciembre fue muy especial, después de que el templo parisino reabriera sus puertas tras de cinco años de reconstrucción por el incendio de abril de 2019
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Martín Muñoz es de nacionalidad mexicana, y desde hace 18 años es el único integrante no europeo del llamado 'gran clero' de la Catedral de Notre Dame de París, compuesto por unos treinta acólitos laicos, donde sirve como monaguillo en la misa y las celebraciones litúrgicas.
“Estaba de monaguillo en una parroquia de París, y al sacerdote de esa parroquia fue nombrado capellán en Notre Dame y me comentó que necesitaba un poco de ayuda y entré ahí. Fue pura suerte”, recuerda el joven mexicano en 'Ecclesia al día'.
Para Martín, el sábado 7 de diciembre fue muy especial, después de que el templo parisino reabriera sus puertas tras de cinco años de reconstrucción por el incendio de abril de 2019.
El monaguillo ha resaltado que el acto tanto del sábado con las autoridades y jefes de Estado como el domingo con la celebración de la misa, fueron dos actos solemnes al ser un edificio “no solo para visitar, también es un lugar donde se reza y van allí a vivir su fe”, ha recalcado en TRECE.
Así recuerda Martín el incendio de notre dame: "Pensé que era una broma"
En este punto, Martín Muñoz recuerda las duras imágenes de aquel Lunes Santo de 2019, cuando el templo comenzó a arder. El mexicano se encontraba estudiando en la Universidad de la Sorbona, en la capital francesa, y una amiga suya le informó de que Notre Dame estaba siendo devastada como consecuencia de las llamas.
“Pensé que era una broma. Salí de la universidad, vi el humo y tenía una amiga que me había comentado que iba a rezar esa tarde a Notre Dame. Fuimos corriendo al muelle y había ya autoridades bloqueando la entrada hacia la catedral”, recuerda Martín.
El monaguillo fue testigo de cómo Notre Dame pasó “del humo al fuego” o “el derrumbe de la flecha”. Un escenario que para Martín fue “un escenario apocalíptico, la gente parada, rezando y llorando. Esa noche fue muy dura, cuando además era la semana antes de la Pascua. El efecto fue muy triste”, ha expresado.
Uno de los episodios más tristes que ha tenido que vivir Martín, monaguillo desde que tenía seis años de edad en Taiwan, donde vivió durante siete años: “Los equipos allí son reducidos y no había nadie para asistir, y los sacerdotes misioneros nos pidieron ayuda y dijimos que sí. Luego fue en Vietnam. Lo veo como un servicio y se ve raro cuando el sacerdote hace muchas cosas y no se enfoca en la misa, el monaguillo debe estar para que todo sea fluido y solemne”, ha explicado.