Muere a los 118 años sor André, Hija de la Caridad francesa
La religiosa, considerada la persona más longeva del mundo, nació en el seno de una familia protestante y asistió durante décadas a huérfanos y ancianos en su país
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En la madrugada del 16 al 17 de enero ha fallecido en Toulon (Francia) Sor André, Hija de la Caridad, considerada por el Libro Guinness de los Records la persona más longeva del mundo. El deceso se ha producido en la residencia de ancianos Santa Catalina Labouré de Var, donde vivía desde hace 13 años. «Murió a las dos de la madrugada. Estamos muy tristes, pero estaba deseando reunirse con su hermano. Para ella ha sido una liberación», ha declarado David Tavella, portavoz del centro. Instaba siempre a «amar sin restricciones, amar sin esperar nada a cambio, porque cuando se ama a los demás, cuando se va a los demás, no se tiene miedo a los desconocido», ha añadido.
Son André se hallaba desde hace tiempo muy mermada físicamente —tenía que moverse en silla de ruedas— y estaba ciega. El año pasado, cuando falleció la japonesa Tane Tanaka a la edad de 119 años, ella fue reconocida como «decana de la humanidad». Entonces manifestó que no tenía miedo a la muerte. Meses antes se había convertido también en la persona más longeva en superar la covid-19.
En su dilatada existencia, sor André vivió dos guerras mundiales y conoció a diez Papas y 20 presidentes de la República Francesa. Francisco, a quien consideraba un Papa «valiente», le envió un rosario bendecido con ocasión de su 115 cumpleaños.
Homenaje a su hermano
Nacida como Lucile Randon el 11 de febrero de 1904 en Alès, al sur del país, adoptó el nombre religioso de André en homenaje a su hermano, a quien estaba muy unida. Ambos crecieron en el seno de una familia hugonote, pero Lucile se convirtió a la fe católica a los 26 años con gran disgusto de André, que era para ella una suerte de padre y madre a un tiempo.
Su ingreso en las Hijas de la Caridad se produjo en 1944, cuando contaba ya 40 años. Al año siguiente, el del fin de la Segunda Guerra Mundial, entró a trabajar en el hospital de Vichy, donde cuidada a niños huérfanos y a ancianos.
Su vida fue una entrega constante al prójimo. «Dicen que el trabajo mata, pero es el trabajo lo que me ha mantenido viva, trabajé hasta los 108 años», decía la fallecida, que rezaba y asistía todos los días a la celebración de la Eucaristía en su residencia. «Hablo con Dios todo el tiempo. Cuando las cosas no van bien, se lo digo, ¡y a veces le regaño por abandonarme!», manifestaba también a los periodistas que acudían a visitarla movidos por la curiosidad que despertaba su edad. La televisión católica francesa KTO ha ofrecido un video de la celebración de sus 118 cumpleaños el 11 de febrero de 2022, festividad de la Virgen de Lourdes.
El secretario general de la Conferencia Episcopal Francesa, Padre Hugues de Woillemont, también se ha hecho eco del fallecimiento a través de las redes sociales.
«Para mí Cristo fue dulzura y consuelo. Una gran ayuda», decía siempre Sor André.
Descanse en paz.