Los obispos de Centroamérica se unirán en oración el próximo 8 de diciembre por la persecución religiosa en Nicaragua

El Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) , formada por los obispos de Panamá, Costa Rica, Honduras, el Salvador y Guatemala, reunidos en Asamblea, han convocado una Jornada centroamericana de oración por la Iglesia en Nicaragua titulada "Gritamos por Nicaragua". 

La fecha elegida ha sido el 8 de diciembre, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, y la Patrona de Nicaragua. La convocatoria se basa en "unirse en oración a ese grito de fe y esperanza, paz y libertad, que el pueblo fiel dirige a su Madre y Patrona. Nuestros pensamientos están con ustedes, hermanos nicaragüenses. Nos unimos fraternalmente a su grito, que respetuosamente espera encontrar respuesta", según apunta el comunicado de los obispos de Centroamérica, cuya sede principal se encuentra en El Salvador. 

la represión en nicaragua ha expulsado ya a tres obispos y al nuncio apostólico

La persecución religiosa que sufre la Iglesia Católica en Nicaragua sigue en aumento. Desde el año 2018, momento en el que se produjeron las fuertes protestas por parte de la sociedad civil contra el gobierno de Ortega y su mujer, Rosario Murillo, la Iglesia también denunció la situación que vivía el país y desde entonces, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos son detenidos, encarcelados y posteriormente, expulsados del país caribeño.

Hace pocos días conocíamos la expulsión de Mons. Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal Nicaragüense a Guatemala. La policía del régimen detuvo al obispo cuando circulaba en su vehículo por la capital de Managua, según la información publicada en el medio nicaragüense de 'El Confidencial'. 

Más de 200 religiosos han sido desterrados del país y junto al presidente de la Conferencia Episcopal Nicaragüense y obispo de la diócesis de Jinotega, ya son tres los obispos, junto al nuncio apostólico del Vaticano Waldemar Sommertag que también han abandonado el país caribeño de forma forzosa. Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, fue expulsado en enero de 2024 e Isidoro Mora Ortega, obispo de la diócesis de Siuna.

Además de la expulsión de los religiosos, la persecución que sufre la Iglesia en Nicaragua va mucho más allá: la asociación de Cáritas Diocesana de Matagalpa, una de las diócesis más golpeadas por el régimen de Ortega y asociaciones que funcionaban sin ánimo de lucro han sido canceladas en su personalidad jurídica y también han sido ilegalizadas y sus bienes, ahora, pertenecen al Estado. También se ha prohibido a los sacerdotes del país dar la extrema unción en todos los hospitales públicos.