Pakistán vive con calma la salida de la cristiana Asia Bibi mientras líderes radicales permanecen en prisión

Los islamistas radicales pidieron la pena de muerte para Asia Bibi, amenazando incluso con quemar el país, aun cuando la Corte Suprema la absolvió y liberó

Manifestates islamistas reclaman la pena de muerte para Asia Bibi tras su liberación en noviembre de 2018

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La salida de Pakistán de la cristiana Asia Bibi se ha vivido como una gran noticia entre la comunidad cristiana pakistaní...y con calma entre los islamistas radicales. Estos sectores sociales habían pedido la muerte de la mujer cristiana durante alrededor de tres días de manifestaciones. Incluso, amenazaron con quemar el país si se absolvía a Asia Bibi de la pena capital. Así ocurrió y hoy la reacción por la noticia es otra: calma, a pesar de que sus líderes se encuentran aún en prisión.

Seis meses atrás, la eventual liberación de Bibi, acusada del delito de blasfemia, amenazó la estabilidad del país, requirió la salida a la calle de contingentes de las fuerzas de seguridad, llamó a desbordadas protestas y la violencia paralizó varias ciudades.

Esta vez, a diferencia de la ira de entonces, la serenidad se asentó, Pakistán continuó como otro día más, mientras los líderes islamistas y seguidores que promovieron las enardecidas manifestaciones y la violencia, siguen contenidos en prisión.

"La Policía estaba en alerta por cualquier tipo de situación que pudiera llevar a cualquier protesta, pero la ciudad se mantuvo en paz y en calma y ni una sola persona salió a la calle", dijo a Efe una fuente policial de Lahore, capital del Punjab.

En Rawalpindi, otra de las principales ciudades del país, todo "se mantuvo en paz después de que saliera la noticia de que Asia abandonó el país. No hubo convocatoria de protestas ni siquiera de partidos religiosos o políticos. No hay información sobre ninguna protesta en la ciudad", confirmaron a Efe fuentes policiales.

La serenidad del país parece suceder a la detención de los líderes del grupo radical Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP), instigadores de las protestas en octubre del año pasado con la absolución de Bibi, y de nuevo en enero cuando la apelación interpuesta por el clérigo que la denuncio fue rechazada.

"No queremos que el país arda por una decisión equivocada", afirmó Shafiq Ameeni, jefe interino del TLP, en un vídeo que circulo a principios del año.

El partido religioso fue fundado en 2016 tras la ejecución de Mumtaz Qadri, condenado por asesinar en 2011 precisamente a uno de los defensores de la cristiana, el antiguo gobernador de la provincia del Punyab (este), Salman Tasir.

Este partido ya había protagonizado antes la agitación del país cuando en 2017 bloqueó durante 20 días la principal entrada a Islamabad por considerar blasfemo un cambio en la forma de jurar los cargos electos.

"La reacción violenta al veredicto de Asia no fue una reacción del país, fue solo de un sector promovido por el TLP. En ese momento, este partido actuaba con impunidad y era una debilidad del gobierno hacerle frente", dijo a Efe analista político Zahid Hussain.

La prueba es, dice, que cuando el gobierno decidió tomar medidas enérgicas contra los líderes del partido, las protestas no fueron capaces de sostenerse por sí mismas.

"Todos los líderes y los principales militantes del partido están en la cárcel, la formación está paralizada, de manera que ¿quién van a convocar a las protestas?", explicó el analista.

nuestros programas

ECCLESIA ALVARO SAEZ

Ecclesia

Con Álvaro Sáez

Domingos a las 13:00h