Paula Vega, influencer católica y estudiante de Teología: "Las personas quieren ver una Iglesia viva y alegre"
Paula ha participado en 'La Iglesia te escucha', una iniciativa que ha buscado llegar a las personas que interactúan en el "continente digital"
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La iniciativa 'La Iglesia te escucha', nacida de la mano de la Red Informática de la Iglesia en América Latina, ha presentado ante la Secretaría General del Sínodo un documento con la síntesis de los resultados obtenidos por una encuesta elaborada por 244 influencers católicos a través de sus redes sociales.
El texto reivindica, de esta manera, que la red puede ser un "canal formativo de valor y futuro" que puede servir como vía de comunicación para la evangelización. "La web permite llegar a los pliegues de tantas vidas del Pueblo de Dios que muestran sentirse perdidos", asegura el documento.
Para la elaboración del documento se han realizado 110.000 cuestionarios en 115 países y en siete idiomas, y ha dado lugar a más de 150.000 propuestas sinodales. Los encuestados, con una media de edad de 40 años, han sido tanto personas que se declaran católicas o practicantes como no creyentes. Por su parte, de los influencers que han formado parte de la iniciativa, el 27% son sacerdotes; un 10%, religiosas; y un 63% son catequistas y laicos comprometidos.
En ECCLESIA hemos entrevistado a Paula Vega, una las influencers católicas que han participado en este trabajo. Paula vive su fe en la parroquia de Santa María de la Amargura. Allí forma parte de una comunidad diocesana de jóvenes llamada Ruá. Pero la fe de Paula no se para al mundo de la parroquia sino que bajo el usuario @llamameyumi en Instagram, y con más de 5.000 seguidores, muestra en las redes sociales su día a día como cristiana.
1 - Paula, ¿cómo te llegó la invitación del Vaticano de participar en este proyecto para el Sínodo?
Hace un tiempo que tengo contacto con otros misioneros digitales y hemos ido haciendo comunidad entre nosotros, para trabajar juntos y apoyarnos.
Un día, Xiskya Valladares nos citó a un encuentro online para hablarnos de un proyecto. ¡Ni se me pasó por la cabeza que tendría que ver con el Vaticano! Entré en la reunión como si fuera un encuentro entre amigos y ahí estaba Monseñor Lucio Ruiz, responsable del servicio de internet del Vaticano, junto con otros miembros del Dicasterio para la Comunicación. Nos hicieron la propuesta de ser parte del Sínodo Digital y mi respuesta fue un sí incondicional.
2 - ¿Qué has sentido cuándo te llegó la invitación?
El simple reconocimiento a nuestra existencia y nuestro trabajo, el dejarnos ser instrumento ha sido para mí un empujón enorme del Espíritu Santo. Además, tuvimos un encuentro online donde Monseñor Lucio Ruiz nos envió como misioneros digitales.
Cuando cerré el ordenador, no podía parar de llorar de la emoción. Me sentía muy pequeña y a la vez, honrada de poner mi trabajo al servicio de la Iglesia. Ser misionera digital en ocasiones se vuelve complicado, por eso el hecho de ser parte de esto me ha dado fuerzas para continuar.
3 - ¿Cuáles crees que han sido las conclusiones más importantes?
Me ha sorprendido ver que la gran mayoría de personas, a pesar de no participar de manera activa dentro de la Iglesia, afirman haber tenido un encuentro personal con Dios.
Esto me parece muy importante, pues ya hay una espiritualidad sobre la que trabajar. También sorprende ver cómo la mayoría pide una reflexión profunda sobre algunas cuestiones como la liturgia, la sexualidad, la solidaridad, el compromiso con el medio ambiente… buscando ser una Iglesia más viva, más alegre, más coherente y auténtica; en definitiva, cada día más parecida a Cristo. Por otro lado, alegra ver el gran apoyo que ha recibido el Papa Francisco en la encuesta.
4 - Ha sido una consulta que ha llegado principalmente a los jóvenes, que durante la fase diocesana quizás era lo que faltaba, ¿por qué crees existe esta diferencia?
Todos los jóvenes están en redes sociales pero no todos viven su fe en comunidad. Por eso mismo, este Sínodo Digital ha sido capaz de llegar a esas personas que, por un motivo u otro, no han podido participar en la consulta sinodal al no estar insertos en una parroquia o movimiento. Hemos conseguido llegar a las periferias, como pide el Papa Francisco.
Y de esta forma, recordar a esas personas que también son Iglesia y que también merecen ser escuchadas.
5 - En el informe uno de los segmentos es el de los 40% católicos alejados de la Iglesia: su fe se enfrió, las decisiones de la Iglesia le llevaron a alejarse, falta de interés...¿cómo crees que se puede volver a “atraerlos”?
Hay una idea que me repito mucho y es que todos somos Iglesia. Yo soy Iglesia, tú eres Iglesia. Las personas necesitan ver una Iglesia viva, alegre, solidaria, misericordiosa… así que tengo que intentar mostrarlo con mi propia vida. El ejemplo atrae, y en nuestro día a día nos cruzamos con muchas personas que pueden ser de ese cuarenta por ciento.
No sabes si ese compañero de trabajo ha tenido una mala experiencia eclesial y necesita que tú, como Iglesia, te sientes a escucharle sin juicios. Creo que si todos fuésemos conscientes de esto, atraeríamos a muchas personas. La gente está necesitada de amor y qué mejor que mostrarles el amor incondicional de Dios.
6 - Para 2/3 de las personas la relación con la Iglesia se establece a través de amigos creyentes. No crees que las experiencias que hemos hecho en verano (ejemplos con la PEJ, los campamentos, los viajes a Taizé...) se deberían potenciar también durante el año para seguir “conectando” y “ampliando” la red?
Pienso que más que ofrecer más actividades, que a veces presionan y agobian a nuestros jóvenes, se deberían buscar aquellas que sean de calidad y significativa para ellos.
Escuchar sus necesidades puede ser una buena forma de programar nuestros calendarios. Sin duda alguna, las actividades que crean lazos comunitarios entre ellos y propician el encuentro con el Señor deberían estar presentes.