Francia: El presidente de la Conferencia Episcopal analiza los resultados de las elecciones presidenciales

El presidente de la Conferencia Episcopal, Éric de Moulins-Beaufort, cree que las elecciones presidenciales celebradas este domingo 24 de abril en Francia, en las que el presidente Emmanuel Macron ha sido reelegido para un segundo mandato de cinco años, confirman que en el país está fracturado geográficamente pero también "entre los de arriba y los de abajo". Y esto — dice — es algo "preocupante para el futuro".

El arzobispo de Reims ha hecho balance en Vatican News de unos comicios que han sido ganados holgadamente por Macron (59% de los votos) pero en los que su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, ha conseguido los mejores resultados de la historia de su formación en unas presidenciales.

"Europa puede estar tranquila, aunque tenga que reinventarse a sí misma", ha dicho Moulins-Beaufort al comprobar que es Macron quien retorna al Palacio del Elíseo, y no Le Pen, cuyo partido es partidario de que Francia abandone la Unión Europea. "La UE es un gran logro, pero también podemos ver que es uno de los temas que preocupa a nuestros contemporáneos o a nuestros ciudadanos, que no les convence del todo. (…) Tiene que reinventarse y ser convincente para los ciudadanos, especialmente para aquellos que se sienten, con razón o sin ella, excluidos de los beneficios de la globalización".

Sobre la posición del mandatario galo en las cuestiones relacionadas con la vida — bioética, aborto y eutanasia —, el presidente del episcopado indica que en un mundo hipertecnificado como el que tenemos "existe una gran tentación de resolver todas las dificultades y pruebas de la vida con medios técnicos". Y tras denunciar la existencia de "un mercado para el final de la vida" añade que la función de la Iglesia es defender el valor de la vida humana desde el principio hasta el final.

El pasado 8 de febrero, como se recordará, la presidencia de la COMECE (Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea) expresó en un comunicado su preocupación por la propuesta de Macron de incluir un "supuesto derecho al aborto" en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

"No existe ningún derecho al aborto reconocido en el derecho europeo o internacional. Intentar cambiar esto, no sólo va en contra de las creencias y valores europeos fundamentales, sino que sería una ley injusta, carente de fundamento ético y destinada a ser causa de conflictos perpetuos entre los ciudadanos de la UE", afirmó entonces el organismo que preside el cardenal luxemburgués Höllerich.

Un país cada vez más escorado a la derecha

Francia es un país cada vez más escorado a la derecha. También entre los cristianos. Según el Instituto francés de opinión pública, en la primera vuelta votaron a un candidato de extrema derecha — Le Pen o el todavía más radical Zemmour — el 40% de los católicos. Hace cinco años, sin embargo, Macron ganó la presidencia con el respaldo del 70% de los votantes católicos.

Sociológicamente hablando, el país ha cambiado. Y los católicos también. Preguntado por el voto católico en estas elecciones, Moulins-Beaufort afirma que "sería interesante examinar más de cerca lo que llamamos católicos", pues "nunca se sabe quién responde a la pregunta: soy católico y voto, y cómo voto". El concepto "católico"se ha difuminado, como muestra la participación en la Eucaristía. En los años sesenta del pasado siglo, acudían a la iglesia cada domingo el 25% de los adultos franceses, hoy se confiesan practicantes únicamente un 2%.

La posición de la Conferencia Episcopal también ha ido adaptándose a los nuevos tiempos, dicen los analistas. Desde la década de los ochenta en que fue fundado el Frente Nacional, la formación de Le Pen hoy reconvertida en Agrupación Nacional, los obispos han venido advirtiendo sobre algunos de sus extremistas posicionamientos, contrarios al Evangelio. En estas últimas elecciones se han limitado a pedir a los fieles que voten en conciencia y a la luz del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.