La realidad de Ucrania tras más de dos años de guerra: "'No decimos a los hijos que su padre murió"

El sacerdote Roman Ostrovskyy ha relatado cómo sobrevive la población ucraniana 841 días después de la invasión rusa: "La oración cura y nos ayuda en los peores días"

La realidad de Ucrania tras más de dos años de guerra: "'No decimos a los hijos que su padre murió"

Redacción Religión

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Se cumplen 841 días desde que Rusia invadiera Ucrania: dos años y cuatro meses de sufrimiento para su “martirizado pueblo”, como recuerda cada semana el Papa Francisco. El Padre Roman Ostrovskyy, vicerrector del seminario greco-católico de Kyiv, ha compartido en 'Radio Vaticano' el sufrimiento que se vive en el país: “La gente está cansada, está perdiendo la esperanza de que algo pueda cambiar a mejor aquí, de que nuestra voz sea escuchada”.

“Con esta invasión, la dignidad misma del ser humano es pisoteada"

Ostrovskyy ha señalado que los cristianos en Ucrania perciben la presencia de Jesús, pero a su vez alerta de que el desánimo crece cada día, a lo que se suma el miedo de no saber dónde caerá la próxima bomba.

“Nos resulta muy difícil pensar en lo que ocurrirá mañana. En Ucrania no es realista hacer planes con más de una semana de antelación. Suenan las alarmas antiaéreas, los adultos y los niños se esconden en los refugios... Todo el mundo está a la espera de lo que va a pasar, de qué otro pedazo de tierra nos van a quitar. Y lo peor es que nosotros mismos somos incapaces de oponernos”, ha relatado el sacerdote greco-católico.

En Ucrania la pobreza crece, los hospitales son bombardeados por misiles rusos, los refugiados y emigrantes aumenta, y los ancianos se quedan solos: “Con esta invasión, la dignidad misma del ser humano es sencillamente pisoteada en lo más bajo. Cuando vemos caer bombas sobre un hospital o una guardería y luego no hay reacción, esto realmente nos quita toda esperanza y nos hace mirar al mañana con gran pesimismo”, ha continuado exponiendo el sacerdote.

"'No le decimos a nuestro hijo que su padre murió"

Cuestionado por cómo el pueblo ucraniano sobrevive a tanto dolor, miedo e incertidumbre, Roman Ostrovskyy apunta que la fe es un sustento importante: “La oración cura y también nos ayuda a seguir adelante en los peores días, a ver algo de luz y a confiar en que el Señor no puede abandonarnos. Pero cuando conoces a personas y familias que te dicen: 'No le decimos a nuestro hijo que su padre murió en la guerra porque tiene cuatro años y le escribe cartas', comprendes cómo una familia se ve simplemente obligada a decir mentiras, a fingir con el único fin de preservar la salud mental del niño”, ha lamentado.

El vicerrector del seminario greco-católico también ha mostrado su desolación por que muchas de las iniciativas que se organizarán con motivo del Jubileo de Roma en 2025 no podrán realizarse en Ucrania, entre ellas las peregrinaciones: “Tenemos que tener en cuenta que nos pueden caer bombas encima. Siempre es necesario tener algún tipo de refugio cerca para poder escapar y esconderse. Así que todas las actividades normales se ven ahora cuestionadas”, ha precisado.

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