Roma acoge el Encuentro Internacional "El grito de la paz" organizado por Sant'Egidio: "Es un desafío"
El evento, del 23 al 25 de octubre, contará con la presencia del presidente francés Macron y finalizará con la tradicional Oración por la Paz en el Coliseo con el Papa Francisco
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Este martes, 11 de octubre, se ha presentado en rueda de prensa el encuentro internacional "El grito de la paz. Religiones y culturas en diálogo", edición número 36 impulsada por la Comunidad de Sant’Egidio en el "espíritu de Asís", tras la histórica jornada impulsada por Juan Pablo II en 1986. La Comunidad de San Egidio traerá a Roma dentro de dos semanas a líderes politicos y religiosos para hablar sobre la paz
El evento, que una vez finalizadas las restricciones por la pandemia volverá a tener una duración de tres días, del 23 al 25 de octubre en Roma, congregará a las grandes religiones mundiales en un tiempo en el que prevalece dramáticamente una realidad de guerra en Europa, la de Ucrania, junto a muchos otros conflictos que afectan a numerosos países del mundo.
La paz y la urgencia de construirla, junto a la crisis medioambiental y la humanitaria, con miles de refugiados obligados a abandonar sus tierras, serán los temas que se abordarán durante el encuentro, que contará también con una participación popular no solo de Italia sino también de otros países europeos.
Marco Impagliazzo, presidente de Sant'Egidio, ha confirmado que durante la conferencia inaugural, que tendrá lugar en el Convention Center “La Nuvola” en Roma, se escucharán los discursos del presidente francés, Emmanuel Macron, del presidente italiano, Sergio Mattarella y del presidente del Níger, Mohamed Bazoum: “Será también un momento para reflexionar sobre las relaciones entre Europa y África”. El presidente francés tendrá también un encuentro con los representantes de la Comunidad de Sant'Egidio para tratar algunos de los temas más actuales como la guerra en Ucrania.
"La guerra es trágica y terrible, madre de todas las pobrezas', ha recordado Mario Impagliazzo, presidente de San Egidio, en la presentación del encuentro internacional
Al principio de la rueda de prensa, Impagliazzo ha remarcado que "la paz es ahogada por el ruido de la guerra y tiene un grito que debe expresarse en estos tres días”. Los principales protagonistas serán los representantes de las grandes religiones del mundo y este año se han incluido también los líderes de los movimientos populares que el Papa ha nombrado muchas veces durante estos últimos años: “Tendremos la oportunidad de escuchar por ejemplo a Alicia Peressutti, una mujer que trabaja contra la trata de personas y la explotación sexual, o a Juan Grabois, líder social y fundador y referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos y a João Pedro Stedile, líder brasileño de los Trabajadores Sin Tierra que la Iglesia en Brasil acompañó en los años más difíciles de la dictadura”.
Durante el Congreso también habrá la posibilidad de escuchar a un representante de la ONG Open Arms o a un sacerdote mexicano que trabaja para acoger a los migrantes de Latino-América: “Es un desafío poner en contacto mundos diferentes y que la Iglesia participe también porque a veces nos sentimos bloqueados o necesitamos salir, como nos pide el Papa Francisco”.
Los foros tendrán en cuenta obviamente los grandes temas sociales del mundo actual: el tema ecológico, el de los migrantes, entender qué significa hoy en día “salvar vidas”, el tema de la oración, el tema de la guerra que desafía a Europa. Dentro de los temas religiosos, Impagliazzo subraya un foro intitulado “La Palabra de Dios genera sueños”: “Tratamos de imaginarnos un mundo diferente, nuevo, a partir de la Palabra de Dios”. Otra mesa redonda será sobre los 60 años del riesgo nuclear: “En su momento se resolvió con el diálogo y hay que seguir reflexionando sobre esto, como nos ha pedido el Papa en su último Ángelus”.
Durante el Congreso estarán representados al menos 50 países del mundo y se han superado las 2.500 inscripciones: “Estamos emocionados por esta edición número 36 porque además ahora hay un debate muy fuerte sobre el tema de la paz y nuestro aporte viene de lejos. No es una reacción inmediata a una guerra que existe hoy. Nuestro discurso quiere tocar muchas guerras y resolver conflictos como pasó en Mozambique. Muchas soluciones nacieron a partir de esta Oración por la Paz. Nuestra mirada es siempre global, como fue la de Juan Pablo II en aquel octubre de 1986”.