Rusia concede la más alta condecoración a un clérigo partidario de la guerra muerto en Ucrania

El patriarca Kirill de Moscú ofició este miércoles, 9 de noviembre, en la catedral de San Salvador de Moscú un solemne funeral por Mikhail Vasilyev, un arcipreste de la Iglesia ortodoxa rusa vinculado a las fuerzas armadas que murió en el frente el pasado fin de semana. Vasilyev, de 51 años, ha sido distinguido por el presidente Vladimir Putin a título póstumo con la medalla «Héroe de la Federación Rusa» —la más alta condecoración del Estado— por «el coraje y el heroísmo mostrados en el desempeño de su deber cívico». Según un comunicado de la Iglesia ortodoxa rusa, el clérigo fue asesinado el pasado domingo, día 6, «mientras realizaba acciones pastorales». La televisión estatal rusa ha informado de que murió «como un sacerdote guerrero, entre paracaidistas», durante un ataque con misiles del ejército ucraniano.

La celebración en la catedral de Moscú, adonde fueron trasladados sus restos de madrugada, se convirtió en un acto nacionalista de respaldo a la invasión del país vecino. El fallecido había dicho en el pasado que las mujeres rusas debían tener más hijos para aliviar el dolor de tener que enviar a sus vástagos a la «operación especial» en Ucrania. Vasilyev había servido en la iglesia de Santa Bárbara la Gran Mártir que, situada a las afueras de Moscú, brinda asistencia espiritual a las Fuerzas de Misiles Estratégicos del ejército, la encargada del arsenal militar. En el pasado, según detalla el patriarcado moscovita, efectuó misiones en Siria, Chechenia, Kosovo y Bosnia en el ejercicio como parte de su servicio apostólico en las fuerzas armadas.

Clérigos asesinados e iglesias destruidas

Según informaciones periodísticas, Vasilyev sería el tercer clérigo de la Iglesia ortodoxa rusa asesinado desde que comenzó la contienda bélica en Ucrania, hace 250 días. La dificultad para documentar las muertes del personal religioso, de uno u otro bando, es enorme a causa de los combates y de la propaganda. No obstante, Ulyana Sevastianiv, que trabaja desde Kiev en un proyecto llamado «Religión en llamas», ha declarado al portal estadounidense The Pillar que su organización tiene documentados 18 casos: siete de sacerdotes de la OCU (Iglesia ortodoxa de Ucrania, autocéfala), siete de la UOC-MP (Iglesia ortodoxa rusa en Ucrania) y cuatro de pastores protestantes. Asimismo, hay constancia de que hasta ahora han resultado heridos ocho presbíteros y 16 más han sido detenidos: 10 pastores protestantes, 5 sacerdotes de la OCU y uno de la UOC-MP.

Este organismo estima asimismo que han sido dañados ya cerca de 350 lugares sagrados, entre iglesias, capillas, cementerios y otras propiedades. «La mayoría, 179 —detalla— pertenecen al Patriarcado UOC-Moscú. Después están las comunidades protestantes, que han visto destruidos 108 de sus edificios». También hay propiedades católicas, judías, musulmanas y de otras confesiones.