El secreto que esconde el Cristo Redentor de Río de Janeiro y que no perciben sus millones de visitantes

Coincidiendo con el Día de la Hispanidad, este 12 de octubre el Cristo Redentor de Río de Janeiro (Brasil) cumplí noventa años de vida, tras nueve años de construcción (entre 1922 y 1931). En la inauguración de la estatua que años después se convertiría en símbolo de Brasil, el arzobispo de Río de Janeiro, el Cardenal Sebastião Leme, consagró el país a Cristo Rey.

Desde el año 2007, el Cristo Redentor forma parte de la selecta lista de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Se unía así al Coliseo de Roma; Chichén Itzá (México); Machu Picchu (Perú), la Gran Muralla China, Taj Mahal (India) y Petra (Jordania).

La belleza de su entorno le ha convertido en el lugar más visitado del país. La imagen se encuentra a una altura de 700 metros del nivel del mar, en el cerro Corcovado, en el Parque Nacional de la Tijuca. La estructura es también impresionante, con casi cuarenta metros de altura, aunque no es el de mayores dimensiones del mundo.

Llegar a sus pies supone un cierto desgaste físico para quienes no estén acostumbrados a ejercitarse, ya que tendrá que subir un total de 220 escalones, pero la experiencia merece la pena. Pese a tratarse de una de las esculturas con mayor fama mundial, hay algunos aspectos de su construcción que pasan desapercibidas para el gran público, y que en Aleluya desvelamos.

Su construcción tuvo lugar en Francia

Pese a su ubicación en Río de Janeiro, lo cierto es que su creación no tuvo lugar en el país, sino en Francia. La construcción comenzó por la cabeza y concluyó con los pies. La estatua fue realizada por el francés Paul Landowski, mientras que el rostro es obra del escultor rumano Gheorghe Leonida. A la hora de trasladar la escultura a la ciudad latina, tuvo que realizarse por partes. En total, fue una década de trabajos desde que comenzó a construirse la escultura y hasta su inauguración, el 12 de octubre de 1931.

Medio siglo antes, ya surgió la idea de crear un monumento religioso en aquel espacio, ya que era un lugar de atractivo turístico en el siglo XIX. Uno de los grandes hitos que quedan para la historia es que durante el periodo de construcción de la escultura, no se registraron fallecidos por parte de sus trabajadores, lo cual es un hecho significativo.

Fue restaurado en 1980 con motivo de la visita del Papa

El proyecto que había en mente para la iluminación de la escultura es otro de los grandes aspectos desconocidos. En un primer momento, se pensó que fuese gestionada desde la ciudad italiana de Nápoles, gracias a la señal eléctrica que se retransmitiría por una antena situada en el entorno del Cristo Redentor. Finalmente no fue así, y se optó por la vía manual. Pese a tratarse de un monumento relativamente moderno, fue restaurado en 1980 con motivo de la visita del Papa San Juan Pablo II.

Como se puede contemplar, las manos del Cristo están vacías, pese a que en un primer momento se quiso que portara una cruz en la mano izquierda, y una esfera que simbolizara el planeta Tierra.

El brazo izquierdo del Cristo Redentor es más corto

Por último, destacamos un hecho que, pese a que puede verse a simple vista, quizás nunca te hayas fijado. Y es que el brazo izquierdo del Cristo Redentor mide menos que el derecho. Hay una diferencia entre ambos brazos de aproximadamente cuarenta centímetros. Una realidad que no se produjo por un error de fábrica. El objetivo era equilibrar al máximo el peso para que la escultura pudiese soportar intacto vientos de cientos de kilómetros por hora, algo frecuente en esta zona de gran altura.