Ucrania: La guerra también se libra en las Iglesias
El patriarca ucraniano Epifanio pide a Kirill de Moscú que acoja a los 3.000 soldados rusos muertos, y este dice que Rusia incluye también Ucrania y Bielorrusia
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La guerra en Ucrania no solo se libra en el frente de batalla. Las Iglesias ortodoxas son buen ejemplo de ello. Ayer domingo, 27 de febrero, el patriarca Epifanio, primado de la Iglesia ortodoxa ucraniana, pidió al de Moscú que, ya que no condena la agresión, al menos se haga cargo de los «más de 3.000» militares rusos que —asegura— han muerto hasta ahora en la invasión. En paralelo, Kirill (Cirilo), patriarca de Moscú y de Toda Rusia, instaba a los fieles en la catedral de Cristo Salvador de Moscú a rezar por la paz y la unidad de la tierra rusa. Y cuando digo «rusa», señaló por si había alguna duda, «uso la antigua expresión (…)», que se refiere a «la tierra que ahora incluye a Rusia, Ucrania, Bielorrusia y otras tribus y pueblos».
Para Moscú, Rusia es una víctima
El patriarca de Moscú se ha negado hasta ahora a condenar la invasión ordenada por Putin. Más al contrario, de sus palabras se deduce que comprende y respalda la decisión de su presidente. Para Kirill, Rusia y Ucrania son uno, y la presencia de Occidente o de un régimen pro-occidental allí supone una amenaza. A sus ojos, Rusia no es el agresor, sino la víctima.
«Dios no permita que la actual situación política en la fraterna Ucrania, tan cercana a nosotros, tenga como objetivo hacer que las fuerzas del mal que siempre han luchado contra la unidad de Rusia y de la Iglesia rusa, tomen la delantera», dijo ayer. «Debemos orar por el restablecimiento de la paz, por el restablecimiento de las buenas relaciones fraternales entre nuestros pueblos. Una garantía de esta hermandad es nuestra Iglesia ortodoxa unida representada en Ucrania por la Iglesia ortodoxa ucraniana representada por Su Beatitud Onufry».
Los ortodoxos rusos no reconocen la Iglesia ortodoxa ucraniana, una Iglesia «autocéfala» más desde que en 2019 el patriarca Bartolomé de Constantinopla le entregó el «tomos», el documento que le garantiza su «independencia». Para Moscú, el único garante de la fe ortodoxa en el país vecino es Onufry, la máxima autoridad de su Iglesia en aquel territorio.
De ahí que Kirill pidiera ayer a los sacerdotes y a los fieles rusos que rezasen por él, mientras que ignoraba por completo al patriarca Epifanio y a los ortodoxos «nacionalistas» que le siguen en la Iglesia nacional.
«Que el Señor guarde a nuestra Iglesia en la unidad. Que el Señor proteja de la batalla fratricida a los pueblos que componen el único espacio de la Iglesia ortodoxa rusa», pidió Kirill. «No se debe permitir que las fuerzas externas oscuras y hostiles tengan la oportunidad de reírse de nosotros; debemos hacer todo lo posible para preservar la paz entre nuestros pueblos mientras protegemos nuestra Patria histórica común contra toda acción externa que pueda destruir esta unidad».
Epifanio de Kiev: Putin, el anticristo
En el polo completamente opuesto está Epifanio, que no ahorra llamamientos al «heroico pueblo» ucraniano para que con su «espíritu indomable» defienda la patria de un Putin al que se refiere como el «Hitler» de nuestros días, del que «se ha adueñado el espíritu del anticristo». Sus pronunciamientos diarios arengan a no flaquear en la resistencia porque la verdad está del lado del pueblo, un pueblo —asegura— que «con la ayuda de Dios» acabará alcanzando la victoria.
Epifanio dijo ayer que «cada hora» que se resiste supone una victoria; que cientos de miles de personas se concentran en las plazas de todo el mundo para expresarles su apoyo; y que la alusión de Putin a las armas nucleares no hace sino confirmar que no es solo Ucrania la que está en peligro, «sino todo el mundo». El patriarca ucraniano agradeció asimismo «el cese inmediato de la agresión rusa» expresado por los primados de Constantinopla (Bartolomé), Rumanía (Daniel), Georgia (Elías) y el arzobispo de Atenas (Jerónimo).
Carta abierta al patriarca Kirill
Así las cosas, Epifanio se dirigió ayer al patriarca Kirill para reprocharle que no haya condenado la agresión rusa. «(…) De sus anteriores declaraciones públicas se desprende que mantener la buena voluntad de Putin y de los dirigentes de la Federación Rusa es mucho más importante para usted que preocuparse por la población de Ucrania, algunos de los cuales le consideraban su pastor antes de la guerra. Por lo tanto, no tiene sentido pedirle que haga algo efectivo para detener la agresión de Rusia contra Ucrania inmediatamente», le dijo. Luego le instó a hacerse cargo de los «más de tres mil militares rusos muertos, cuyos cuerpos están en el suelo de Ucrania», pues el llamamiento a la Cruz Roja Internacional hasta ahora no ha encontrado acogida en aquel gobierno.
«Le pido a usted, como jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, que por favor muestre misericordia con sus conciudadanos y su rebaño. Si no puede alzar su voz contra la agresión, al menos acoja los cuerpos de los soldados rusos cuyas vidas se han convertido en el precio de las ideas del "mundo ruso", el suyo y el de su presidente».
No hay confirmación de que las tropas rusas hayan registrado ese número de bajas.