Las particularidades nunca vistas del 'Urbi et Orbi' que impartirá Francisco para frenar el coronavirus
El Papa Francisco impartirá este viernes el 'Urbi et Orbi' por primera vez ante una Plaza de San Pedro completamente vacía
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa Francisco impartirá a las 18h de este 27 de marzo, desde el exterior de la basílica de la Plaza San Pedro, una bendición 'Urbi et Orbi' extraordinaria, extensiva, como su nombre indica, "a la ciudad de Roma y al mundo entero", para derrotar la pandemia de coronavirus. Y es que esta bendición se imparte normalmente dos veces al año: el Domingo de Pascua y el día de Navidad, el 25 de diciembre.
Así lo anunció el pasado domingo el Sumo Pontífice tras rezar el Ángelus ante una plaza completamente vacía. Una imagen que se repetirá también este viernes. Eso sí, estará “llena” de fieles que la seguirán por los medios de comunicación. De hecho, la plaza de San Pedro permanece cerrada a turistas y fieles como medida para evitar el contagio.
¿Pero que es la bendición papal Urbi et Orbi?
'Urbi et Orbi', que en latín significa «a la ciudad (Roma) y al mundo», era la fórmula habitual con la que empezaban las proclamas del Imperio Romano. En la actualidad, es la bendición más solemne que imparte el Papa, y sólo él, dirigida a la ciudad de Roma y al mundo entero. La bendición 'Urbi et Orbi' se imparte desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, llamado por eso Balcón de las bendiciones. El Papa suele revestirse con ornamentos solemnes y va precedido de cruz procesional y acompañado de cardenales, diáconos y ceremonieros. Esta bendición también se imparte, además de cada Domingo de Pascua y el día de Navidad, el día de la elección del Papa; es decir, al final del cónclave, en el momento en que se presenta ante Roma y el mundo como nuevo sucesor de San Pedro.
El significado de la indulgencia plenaria
Esta bendición otorga a los fieles católicos la remisión por las penas debidas por pecados ya perdonados. La culpa por el pecado es remitida por el Sacramento de la Reconciliación, de manera que la persona vuelve a estar en gracia de Dios, por lo cual se salvará si no vuelve a caer en pecado mortal. Dado que la indulgencia plenaria remite completamente esa pena debida el fallecido, sin haber caído nuevamente en pecado no ha de pasar por el purgatorio y accede directamente al cielo.
Para explicar bien la indulgencia plenaria, a menudo se usa el ejemplo del agujero en la pared y el clavo que lo proporcionó. El clavo es el pecado que una vez confesado y perdonado a través de la Confesión "ya no está allí". En cambio, permanece el efecto del mal cometido, el foro, que la indulgencia cierra completamente.
Normalmente, las condiciones para obtener una indulgencia son el sacramento de la Confesión, la comunión eucarística y la oración de acuerdo con las intenciones del Papa. También se solicita una obra "de caridad” dentro de los tiempos establecidos, que puede ser, por ejemplo, una oración específica o una visita a una iglesia.
En virtud de la situación actual causada por la crisis del coronavirus, que no prevén la presencia física en las celebraciones, Francisco otorga indulgencia plenaria a los fieles sometidos al régimen de cuarentena por orden de la autoridad de salud en hospitales o en sus propios hogares si, con el alma separada de cualquier pecado: "Se unirá espiritualmente a través de los medios de comunicación para la celebración de la Santa Misa o la Divina Liturgia, para la recitación del Santo Rosario o el Himno Akàthistos a la Madre de Dios, a la práctica piadosa del Vía Crucis o del Oficio de la Paràklisis a la Madre de Dios u otras oraciones de las respectivas tradiciones orientales, a otras formas de devoción, o si al menos recitarán el Credo, el Padre Nuestro y una invocación piadosa a la Santísima Virgen María, ofreciendo esta prueba en un espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), tan pronto como sea posible para ellos".
Un acto único en toda la historia
En plena pandemia mundial, el Papa Francisco bendecirá a toda la humanidad. De acuerdo a las creencias de los fieles, los efectos de la bendición 'Urbi et Orbi' se cumplen para toda aquella persona que la reciba con fe y devoción, incluso si la recibe a través de los medios de comunicación y "según las condiciones previstas por el reciente decreto de la Penitenciaría Apostólica", anunció la Oficina de Prensa del Vaticano.
Ciertamente se trata de un evento extraordinario presidido por el Santo Padre, en un momento tan particular, cuando el mundo parece estar cayendo de rodillas por el coronavirus. Y para acompañar este momento especial de oración estará el icono de la Salus Popoli Romani y el Crucifijo de la Iglesia de San Marcello al Corso, las dos imágenes que el Papa fue a venerar el domingo 15 de marzo precisamente para invocar el fin de la pandemia. Dos imágenes, ambas vinculadas a la oración por el fin de las epidemias. Dos imágenes que expresan el amor totalmente entregado y que piden levantar los ojos al cielo y tener fe.
En la historia nunca antes había tenido lugar una bendición "Urbi et Orbi" de un Papa en una plaza vacía de San Pedro, seguida en todo el mundo por creyentes gracias a los medios de comunicación. Será un acto único en la historia.
Este es el texto latino de la fórmula de la bendición "Urbi et Orbi" que el Papa pronunciará este viernes a las 18.00 hora de Roma:
- Sancti Apostoli Petrus et Paulus, de quorum potestate et auctoritate confidimus, ipsi intercedant pro nobis ad Dominum.
Amén.
- Precibus et meritis beatæ Mariæ sempre Virginis, beati Michælis Archangeli, beati Ioannis Baptistæ et sanctorum Apostolorum Petri et Pauli et omnium Sanctorum misereatur vestri omnipotens Deus et dimissis peccatis vestris omnibus, perducat vos Iesus Christus ad vitam æternam.
Amén.
- Indulgentiam, absolutionem et remissionem omnium peccatorum vestrorum, spatium veræ et fructuosæ penitentiæ, cor semper penitens et emendationem vitæ, gratiam et consolationem Sancti Spiritus et finalem perseverantiam in bonis operibus, tribuat vobis omnipotens et misericors Dominus.
Amén.
- Et benedictio Dei omnipotentis (Patris et Filli et Spiritus Sancti) descenddat super vos et maneat sempre.
Amén.
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