El cardenal Parolin, en el 30º aniversario de la independencia de Eslovenia: "Construir juntos el futuro"
El Secretario de Estado del Vaticano se refirió a la Palabra de Dios como base para construir la patria. También animó a Europa a redescubrir la firmeza de sus raíces cristianas
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El pasado 1 de septiembre, el cardenal Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, ofició una Misa en Eslovenia con motivo del 30º aniversario de su independencia. También se celebraban los 25 años de la visita del Papa San Juan Pablo II al país.
El santuario mariano de Brezje acogió una Eucaristía en la que el cardenal se pronunció acerca de la necesidad de un fundamento sólido para sostener Europa y el mundo entero. En este sentido, y explicando el valor e importancia de la patria, propuso la Palabra de Dios como base de toda iniciativa, definiéndola como verdad, justicia, libertad y amor.
"Es cierto que nuestra patria está en el Cielo, pero las realidades terrenales son para nosotros auténticos valores, aunque no sean los únicos ni los más altos", explicó el purpurado, al tiempo que establecía que "el de una patria libre y democrática, basada en la justicia, el respeto y la fraternidad y el amor solidario es un valor sumamente grande, porque está directamente vinculado a la dignidad humana".
También se hizo eco del aniversario de la visita de San Juan Pablo II al antiguo país yugoslavo, recordando a los fieles que este había animado a su audiencia de aquel entonces a "buscar en las virtudes más firmes y en la fe cristiana la fuerza para construir juntos su futuro".
Reconstruir del proyecto europeo desde la base
Además, el Secretario de Estado de la Santa Sede se refirió a la Unión Europea, a la que Eslovenia pertenece desde 2004. En este sentido, se refirió a las raíces de la institución, fundada por cristianos, y animó a Europa a redescubrir su origen para mantener "la casa sobre la roca", no perder su sentido y valor fundacional: "La estabilidad del hombre y de la sociedad en sus diversas y necesarias articulaciones. debe basarse en la Palabra de Dios, escuchada y puesta en práctica".
Por otra parte, explicó que la verdad que surge de esta base firme debe llevar a combatir la mentira y la manipulación, y que se pueda dar libertad a quienes sufren atropellos a su dignidad humana. Es por ello que la Iglesia pide la protección de la dignidad de las personas, ya que "es también un indicador de una democracia sana y una de las principales fuentes de legitimidad del Estado".