La confesión que hizo Felipe González sobre el Papa Francisco y que dejó a toda la sala sin palabras

El primer gobierno de izquierdas que se formó en España tras la dictadura de Franco lleva por siglas el PSOE con una figura que emergía por encima de todos: Felipe González. Su personalidad y carisma arrollador permitió al PSOE obtener los mejores resultados obtenidos por un partido en democracia, con 202 diputados en el Congreso de los Diputados.

Sin embargo, para muchos representantes de la izquierda española, Felipe González ya no es uno de los suyos. De hecho, para otros nunca lo fue, dada su posición a favor de que España entrara en la OTAN o medidas económicas como la reconversión industrial durante sus sucesivos gobiernos.

Posiciones que estos núcleos han reforzado en los últimos años, en los que el expresidente del Gobierno (1982-1996) se ha mostrado muy crítico con formaciones como Podemos o algunos ejes de acción del actual Secretario General del PSOE y jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

Felipe González: la fe y sus recetas para salir de la crisis

La relación entre los gobiernos de Felipe González y la Iglesia española fueron cordiales, pese a que en unas declaraciones realizadas en junio de 2014, el expresidente socialista confesó “no ser creyente, pero tampoco ateno ni agnóstico, sino un cristiano con minusvalía, al haber perdido la fe”.

Unas declaraciones que realizó hace seis años durante una entrega de premios de la Fundación de la 'UGT Anastasio Gracia'. Un acto que se desarrolló en plena crisis económica, donde el paro superaba con creces el 20% y las desigualdades se acentuaban en nuestro país. Una revisión profunda del sistema o ligar los salarios a la productividad fueron algunas de las recetas ofrecidas por Felipe González en aquella jornada de junio para salir de la difícil situación económica que vivía España.

La relación entre Felipe González y el Papa Francisco

Pero sin duda, lo que más llamó a atención de los asistentes al acto, la mayoría de ellos representantes de la izquierda ideológica, fueron las alabanzas del expresidente del gobierno español al Papa Francisco, que un año antes había sido elegido en el cónclave tras la renuncia de Benedicto XVI.

González señaló en aquel momento coincidir en un 80% con las afirmaciones del Sumo Pontífice sobre el diagnóstico y las soluciones para salir de esta crisis. Y es que ambos coincidían en que un sistema no puede ser sostenible si la desigualdad continuaba en crecimiento.

Felipe González relató su experiencia junto al Papa Francisco, cuando aún era arzobispo de Buenos Aires, al que visitó en su país. “Hizo el mejor análisis de la crisis del corralito en Argentina (años 2001-2002), mucho mejor que el de los políticos. Ya entonces me pareció un ser humano de una extraordinaria calidad", confesó el exdirigente socialista ante los asistentes sindicalistas.