Un cristiano de Pakistán recupera la libertad tras cuatro años en prisión por blasfemia: "Es una persecución"

Han tenido que pasar cuatro años, pero Nadeem Samson ha recuperado la libertad, aunque sea bajo fianza. Samson, perteneciente a la comunidad cristiana de Pakistán, fue acusado de blasfemia tras una disputa por el pago de una garantía de alquiler. La Corte Suprema paquistaní aceptó el pasado 6 de enero, el recurso que presentó su abogado Saif ul Malook, en una decisión que ha sido calificada como histórica.

"Es una sentencia muy importante, la primera en la historia judicial de Pakistán y podría servir de precedente para otras víctimas acusadas de blasfemia”, comentaba el letrado.

Y es que el código penal paquistaní establece que se puede conceder la libertad bajo fianza a algunos acusados, incluso de asesinato, pero nunca había ocurrido con alguien acusado de blasfemia. En este sentido, cabe destacar que la ley de blasfemia se utiliza en Pakistán para resolver asuntos personales y se considera una forma de persecución contra las minorías religiosas del país.

Al emitir el fallo por el que dejaba en libertad al varón cristiano, el juez Syed Mansoor Ali Shah se refirió al artículo 497 del Código de Procedimiento Penal, que establece que si el juicio no ha concluido en dos años y la demora no se debe al acusado, se puede conceder la libertad bajo fianza.

Pese a la sentencia, no ha aumentado las posibilidades de que Samson sea declarado inocente. "Esa es otra historia", dijo Malook. El caso de Samson sigue pendiente en el Tribunal de Distrito de Lahore y podría tardar años en cerrarse. Los acusados de blasfemia también están expuestos a sufrir represalias: en julio de 2020 el ciudadano estadounidense Tahir Naseem fue asesinado por un extremista en un tribunal de Peshawar.

El hermano de Nadeem Samson también ha expresado su gratitud al abogado: "Eres un ángel Saif Al Malook, porque los ángeles trabajan a través de los seres humanos. Has salvado a mi hermano como salvaste a Asia Bibi".

Por su parte el defensor de los Derechos Humanos en Pakistán, Ashiknaz Khokhar, comentó lo ocurrido afirmando que "la mayoría de los casos de blasfemia son falsos y se utilizan como una forma de venganza. Ahora están aumentando las acusaciones falsas contra las minorías religiosas. Los fanáticos islámicos usan sin piedad la ley contra la blasfemia para ajustar cuentas con sus rivales y los partidos religiosos para ganar influencia política en el aparato administrativo".