Doblegar al yihadismo en África y reducir los índices de persecución religiosa, asignatura pendiente para 2022
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha denunciado durante este 2021 que los grupos terroristas están tomando África. En el 42% de sus estados se viola la libertad religiosa
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En muchos países del mundo tener un Biblia en casa está prohibido; llevar la cruz en el cuello es imposible en demasiadas zonas del planeta; la palabra de Dios no está permitido legalmente. En algunos países en el carnet de identidad se especifica la Religión que profesas. Para millones de personas, acudir a Misa cada domingo implica jugarse la vida porque corren el riesgo de sufrir un atentado. Una persecución a la libertad religiosa que afecta a millones de niñas menores de edad, que son secuestradas y obligadas a convertirse forzosamente. Muchos de estos casos los hemos contado en Aleluya a lo largo de este 2021 que se acaba.
Y lo peor es que cada vez son más los países marcados en rojo por esta persecución religiosa en todo el mundo, especialmente en los continentes de África y Asia. Según el último informe 'Libertad Religiosa en el Mundo 2021', que de manera bianual publica Ayuda a la Iglesia Necesitada, el 67% de la población mundial habitan en lugares donde se viola gravemente la libertad religiosa, lo que en cifras asciende a unas cinco mil millones de personas.
Son cifras, pero detrás de cada persona hay un testimonio de martirio, sufrimiento y dolor. Los delitos de exterminio y genocidio forman parte del día a día en numerosos países. Quienes lo padecen, no tienen ningún tipo de amparo pese a los asesinatos, secuestros o la esclavización sexual. Actos que, en su mayoría, quedan impunes.
En 62 de los 196 países del mundo se viola de forma sistemática la libertad religiosa. En 36 de ellos la discriminación se produce en la vida social, en el acceso al trabajo o en la educación. En 26 países la persecución llega hasta el secuestro y el asesinato.
La situación más preocupante se sigue produciendo en África, como consecuencia de la ligera mejora en los conflictos de Oriente Medio, lo que ha obligado a los grupos radicales islámicos a trasladarse al continente africano. Se están produciendo situaciones límite y éxodos masivos de refugiados. Es el caso de Burkina Faso, República Centroafricana, Nigeria o Mozambique.
Después de que los yihadistas perdieran Irak y Siria, se desplazaron hasta Turquía y, desde allí, a Libia y Mali. Este último país es desde donde los terroristas lanzan sus ataques con los mercenarios o nuevos reclutas.
La editora del Informe sobre Libertad Religiosa, Marcela Szymansky, precisaba hace unos meses que estos yihadistas han llegado al Continente africano para quedarse: “Ya no se marchan de Mali, sino que se quedan, se apropian del territorio. El 60% de Burkina Faso, por ejemplo, ya no es accesible para entidades sociales que asisten a la población. Este país es importante para los yihadistas porque es estratégico para el tráfico ilícito a Europa como drogas, armas, órganos...”
Apunta Marcela Szymansky que, en los últimos dos meses, estos grupos terroristas se hicieron con dos aeropuertos de Mozambique: “Es un salto que nos ha tomado a todos por sorpresa. Hay un cinturón de terror en todo el planeta".
Son datos demoledores que, según el director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España, Javier Menéndez Ros, se trata de una realidad olvidada por los medios de comunicación, pese a que cada vez se informa más sobre ello: “Sigue habiendo desinformación, o quizás es que somos más insensibles y estamos tan hartos de ver estas noticias que no les prestamos atención. Sería crudo saberlo, porque querría decir que nos hemos vuelto fríos ante la discriminación y persecución de la libertad religiosa.
A juicio del presidente de ACN, cada vez se vulnera más este derecho a la libertad religiosa ya que los gobiernos de estos países se sienten más cómodos con la intolerancia: “Lo consienten. Los organismos internacionales no denuncian con fuerza a estos gobiernos, los medios de comunicación no recogen todo y las personas no recibimos toda la información que deberíamos recibir. Además, los que creemos en la fe quizás no rezamos lo suficiente por nuestros hermanos discriminados por culpa de su credo”.
No solo África, Asia es otro foco donde la persecución religiosa y la discriminación están a la orden del día: países como la India, Pakistán o China son claros ejemplos de ello.
Cabe destacar en este punto la situación de pobreza y miseria que viven millones de refugiados en territorios tomados por el Daesh, o la difícil situación que viven los cristianos en países del otro lado del Atlántico, como en Venezuela, Perú o Cuba. Son países que sufren mucho por distintas causas y donde la discriminación a los cristianos es notable.