La historia de las 14 monjas concepcionistas que fueron torturadas y asesinadas durante la Segunda República
Es una de las tragedias más olvidadas en el período que va desde los años republicanos al estallido de la Guerra Civil
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Algunas historias suelen cae en un triste olvido, como es el caso, por ejemplo, las catorce religiosas de la Orden de la Inmaculada Concepción que, pese a no haber tomado ningún partido durante la contienda que enfrentó a los españoles durante tres largos años (la Guerra Civil), fueron ejecutadas por las milicias republicanas en 1936 por el odio a la fe y la persecución religiosa que se daba en la España de la década de los años treinta.
De hecho, su memoria quedó en el olvido hasta hace apenas un año, cuando las monjas fueron beatificadas en la Catedral de la Almudena el 22 de junio de 2019. Todas ellas fueron martirizadas por las milicias hasta su cruel muerte.
En el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro el 23 de junio, el Papa Francisco dijo de ellas: “Fueron asesinadas por odio durante la persecución religiosa que tuvo lugar de 1936 a 1939. Su martirio nos invita a todos nosotros a ser fuertes y perseverantes, sobre todo en la hora de la prueba”.
Durante la ceremonia de beatificación en Madrid, TVE protagonizó una polémica después de que en un tuit de la corporación pública, se afirmarse que las monjas “desaparecieron en 1936”, cuando realmente fueron arrestadas por las milicias. Un tuit que no contó con la condena del Gobierno de España por entonces en funciones, de signo socialista.
La persecución religiosa durante la Segunda República
Al poco tiempo desde que en España se instaurase la Segunda República, el 14 de abril de 1931, la violencia anticlerical se disparó, destruyéndose más de un centenar de edificios y colegios religiosos, además de la desaparición de patrimonio artístico litúrgico de gran valor.
Una ola de violencia y persecución religiosa que se agravó con el estallido de la Guerra Civil, cuando la represión fue aterradora. Miles de curas y creyentes fueron ejecutados.
Al término de la Guerra Civil, el número de religiosos asesinados en la retaguardia republicana ascendió a 6.832. De ellos, 4.184 eran sacerdotes, 2.365 frailes y 283 monjas, según el estudio realizado por el historiador, periodista y arzobispo de Mérida-Badajoz, Antonio Montero Moreno.