El 'singular' motivo que esgrime Castilla y León para limitar los actos religiosos en Valladolid y Salamanca
Ambas capitales provinciales de Castilla y León están siendo las más afectadas en el territorio por los rebrotes de covid-19
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Continúa la polémica surgida la pasada semana cuando la Junta de Castilla y León anunció la puesta en marcha de medidas restrictivas para evitar la propagación del covid-19 en dos territorios especialmente castigados por los rebrotes, como son las ciudades de Valladolid y Salamanca. Entre dichas medidas, llamaba la atención la limitación en 25 personas las celebraciones religiosas, sea cual sea el templo donde tenga lugar el acto.
Una limitación que no sentó bien al Arzobispado de Valladolid, que en un comunicado publicado el pasado 2 de septiembre manifestó su contrariedad.
“Esta decisión nos llena de perplejidad y nos parece desproporcionada. La perplejidad se produce al contrastar esta medida con la experiencia del extraordinario comportamiento de prevención e higiene llevado a cabo por sacerdotes y laicos en nuestros templos. La desproporción se pone de manifiesto al tratar de la misma manera a todos los templos, pues se utiliza el criterio del número absoluto y no el de porcentaje de aforo, como se ha hecho en todos estos meses”.
Por su parte, la Asociación de Abogados Cristianos también ha solicitado al Tribunal Superior de Justicia de la comunidad medidas cautelarísimas para suspender la prórroga de esta orden de la Consejería de Sanidad de Castilla y León: “Se está prohibiendo de facto la asistencia a lugares de culto, en concreto a misas, ya que con la limitación de 25 personas muchas personas se quedan sin entrar y sin poder ejercer su derecho fundamental a la libertad religiosa”, argumenta los juristas cristianos.
Por otro lado, considera que la administración regional no contó toda la verdad sobre el tiempo que se prolongaría la limitación, ya que en un primer momento aseguraban que sería una semana, pese a que ya se está imponiendo una prórroga.
Así las cosas, Abogados Cristianos denuncia que el informe emitido por el Gobierno regional para justificar la medida "carece de rigor e incurre en falsedades de forma manifiesta y malintencionada", tales como afirmar que en las misas hay factores de contagio como el agua bendita, cuando no hay agua bendita en ninguna iglesia de Castilla y León, mientras que otra de las justificaciones alegadas por la Junta es que durante los cánticos se expulsan "gotitas de saliva", cuando el uso de mascarillas es obligatorio.