Vecinos de la ciudad italiana de Pavía destinan parte de su sueldo para los vecinos arruinados por la pandemia

Francesco y su mujer están jubilados y han decidido donar un 5% de su pensión para un fondo en el que participan algunos habitantes de la ciudad italiana de Pavía, situada en Lombardía. No se considera una limosna, sino una contribución solidaria y generosa por parte de quienes tienen la fortuna de disfrutar de un sueldo fijo al mes, independientemente de las circunstancias de la pandemia.

Coordinado por la Cáritas diocesana, quienes participan en esta iniciativa deciden voluntariamente el porcentaje del sueldo que mensualmente quieren destinar a estas ayudas.

La organización ha realizado un listado riguroso y exhaustivo de las necesidades concretas que deben afrontar algunos de los vecinos: deudas de un negocio que se ha tenido que cerrar, el pago del colegio de los hijos de un pequeño empresario arruinado, la reparación de las goteras de una peluquería sin clientes. Un comité formado por miembros de las distintas asociaciones ciudadanas que se han unido a la propuesta se encarga de estudiar cada caso y repartir el dinero recaudado.

Casi todos los destinatarios son personas que nunca se hubieran imaginado que no podrían afrontar sus deudas, como Guido, que puso en marcha una academia de música con sus ahorros y llegó un momento en el que a raíz de la pandemia quedó endeudado y acudió a Caritas para pedir ayuda a pesar de la vergüenza inicial que sintió al hacerlo. El suyo es un perfil habitual, el de los nuevos pobres de la ciudad.

La iniciativa “Ninguno se salva solo”, desarrollada por Cáritas para intentar salir al paso del incremento de peticiones que les llegaban a diario estará vigente el tiempo que sea necesario. De momento han conseguido recaudar más de 137.000 euros y lo importante es que ese porcentaje del sueldo se done de forma fija durante un período de tiempo continuo. De esta forma se pueden realizar aportaciones continuadas en beneficio de quienes se encuentran en la precariedad laboral y económica. Sus impulsores priorizan que las ayudas lleguen a aquellas familias que aún no se benefician de otras ayudas, aquellos que han perdido su empleo o que han visto reducidos radicalmente sus ingresos.

En estos momentos el gobierno de Mario Draghi ha aprobado una desviación presupuestaria de 40.000 millones de euros. De esta cantidad una gran parte irá destinada a otro paquete de ayudas para los sectores económicos afectados por los últimos cierres por la pandemia.

Pero de momento estas ayudas no están siendo suficientes para calmar los ánimos de los afectados. En distintas ciudades del país se han producido manifestaciones de los sectores más penalizados por los cierres, como el de los restauradores, hoteleros o trabajadores del mundo de la cultura.