Los jóvenes en la Semana Santa: el futuro de una tradición

Casi todas las cofradías cuentan con niños en sus filas que mantienen una pasión y una tradición que posee siglos de historia

Los jóvenes en la Semana Santa: el futuro de una tradición

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La Semana Santa trae consigo decenas de procesiones que llenan las calles de nuestras ciudades. Se trata de desfiles religiosos con los que los cristianos conmemoran la Pasión y Muerte de Cristo.

La mayoría de niños y adolescentes tienen vacaciones en el colegio, instituto o universidad que coinciden con la Semana Santa, momento que se aprovecha para disfrutar de unos días de descanso, para viajar con la familia, degustar y comer todo tipo de recetas de cocina relacionadas con la Semana Santa.

ctv-m3l-imagen-sin-titulo-1

Las procesiones de Semana Santa tienen lugar en muchos lugares de España, las cofradías salen por las calles con sus pasos portando imágenes de las Vírgenes o Cristos. Representan un suceso de la Pasión de Cristo. Es un gran orgullo para los costaleros cargar con estas imágenes y salir con ellas en procesión, pudiéndose ver ensayos desde los meses previos a esta celebración.

En estos ensayos predominan costaleros plagados de juventud.

Son muchos los jóvenes que se acercan para poder portar las imágenes o para simplemente colaborar con la Hermandad.

ctv-9o0-photo5884330329571963028

Ayudar. Este es el objetivo de todo joven cofrade que se acerca a las puertas del mundo de la Semana Santa. Ya sea colocando flores encima del paso, como nazareno llevando encima una vela, como costalero o ayudando en el montaje de los pasos.

Mención aparte tienen los más pequeños. Esos niños que ya comienzan a acercarse a las procesiones para pedir cera a los nazarenos y guardar con entusiasmo su 'pequeña' bola.

ctv-fw6-34937aea5cc3e7126eba3bed632713ee

¿Cómo ven los niños la Semana Santa?

¿Cómo explicar a nuestros hijos pequeños la muerte y la resurrección? ¿Cómo hacerles entender que alguien tan bueno como Jesús haya sido crucificado? Una psicóloga especializada en infancia responde estas y otras preguntas que nos hacemos en estas fechas.

Tras las fiestas navideñas y las vacaciones de fin de año, en las que los niños vivieron con alegría e ilusión una época de regalos, reuniones familiares, inactividad escolar, viajes, diversiones y juegos, llega un segundo paréntesis anual que les depara emociones y experiencias intensas y en el que se modifican su rutina diaria y actividades habituales: la Semana Santa.

Para los más pequeños son días intensos y de cambios, en los que el fervor religioso y los sentimientos encontrados del dramatismo por la crucifixión de Jesús y la alegría por su vuelta a la vida están presentes en el ánimo de las familias, en las televisiones que trasmiten misas y películas de contenido sacro y en las calles a través de las procesiones y escenificaciones cristianas.

¿Cómo viven los más pequeños estos días de intenso fervor religioso en los que se entremezclan pesar y júbilo? ¿Cómo pueden explicarle sus padres hechos tan singulares como la crucifixión, la muerte y la resurrección de Jesucristo?

“A los niños se les puede explicar en qué consiste y por qué se conmemora la Semana Santa desde el mismo momento en que tienen cierta capacidad de entendimiento o ya han tenido contacto con la forma en que se celebra esta festividad”, explica la psicóloga clínica, especializada en familia e infancia, Margarita García Marqués.

Según esta psicóloga, al principio las explicaciones a los niños deben ser más básicas y fáciles y, a medida que van creciendo y aumenta su madurez, se les puede ir introduciendo en los temas más complejos de la religión cristiana, como lo que significa la muerte y resurrección de Cristo, sobre todo a medida que se van preparando para la primera comunión.

Explicando la tradición a los más pequeños. “La idea es ir integrando al niño en la cultura cristiana y contándole quién era Jesús, qué le ocurrió, cuál fue su historia desde el nacimiento hasta su muerte, de forma que el pequeño pueda entenderlo y también respondiendo a sus preguntas”, apunta.

“A partir de los 4 o 5 años las familias ya llevan a los pequeños a la iglesia, a presenciar y tomar parte en ceremonias, y a esas edades ya pueden empezar a conocer la historia de Jesús, a leer las Biblias para niños que explican esos hechos religiosos y recibir un aprendizaje de lo que se conmemora esos días”, añade.

Según García Marqués, pese a que a veces participan de las actividades de Semana Santa, por ejemplo llevando los ramos en las procesiones, los niños no suelen preguntar en esta época, ya que la perciben como una fiesta, del mismo modo que ocurre con la Navidad, que la ven como una rutina de todos los años que forma parte de su vida y la asocian a vacaciones y a una serie de actividades.