Los motivos que llevaron a Benedicto XVI a su renuncia en 2013, explicadas por el periodista Antonio Olivié

El periodista de 'Rome Reports', Antonio Olivié, pasó por las cámaras de TRECE el pasado mes de enero para analizar algunos de los aspectos más destacados de la figura de Benedicto XVI. Entre ellos obviamente destacó la renuncia como Sucesor de Pedro que anunció el 11 de febrero de 2013.

Años más tarde, este medio italiano especializado en información vaticana presentó el documental 'Benedicto XVI, en honor a la verdad”, donde junto a las personas más cercanas analizaron los motivos de aquella renuncia que fue histórica, sin precedente en los últimos siete siglos de historia.

“Su renuncia es rompedor en la Iglesia. Tratamos de investigar porque en la renuncia hubo tantas teorías... Entrevistamos a mucha gente del Vaticano, colegas suyos, gente que trabajó con el para dar las claves. Es un Papa que no hace lo que él quiere. Cuando le hacen obispo no quiere, y menos ser obispo de Roma. Quiere dedicarse a estudiar. Cada decisión que toma en su vida es muy meditada y pensada en términos de fe, preguntándose qué pide Dios de mi”, ha explicado Olivié.

En cualquier caso, la renuncia de Benedicto XVI marcó un nuevo camino para la Iglesia, máxime cuando fue realizada por “un gran teólogo y pensador de prestigio no solo en el ámbito eclesiástico, también en el universitario. Realmente ayudó mucho a la Iglesia”, ha agregado.

Los motivos que propiciaron la renuncia de Benedicto XVI

En cuanto a las razones que explicaron su marcha hace casi una década, el responsable de 'Rome Reports' destaca por encima de todo su salud delicada, que ya empezó a evidenciarse incluso con Juan Pablo II en vida: “Ratzinger sufrió un infarto y dice que se tiene que ir cuando aún no era Papa. Se encuentra débil cuando le eligen, pero cumple su misión”.

Pero con el paso del tiempo, su salud continuó deteriorándose, al tiempo que los avances tecnológicos hacían que la manera de gobernar y comunicar cambiasen hacia el modelo de la inmediatez. Algo difícil de asumir para una figura de 85 años como tenía en el momento de su renuncia Benedicto XVI.

“El nivel de reacción de responder a una crisis y atender a un problema tiene que ser inmediato. Ha cambiado la esperanza de vida pero también el ritmo de la comunicación y cómo se gestionan las crisis. El Papa, a los 85 años, no se ve a la altura de afrontar este tipo de crisis. Cree que la Iglesia necesita a alguien con más energía y capacidad de viajar e interactuar”, ha remarcado Antonio Olivié.

La atención a las víctimas de los abusos

Pese a tratarse de un Pontificado corto, Olivié ha hecho hincapié en algunos de los hitos de aquellos ocho años de papado, como ser el primero en recibir y atender a las víctimas de abusos: “Es el primero en entender que este problema no es un ataque contra la Iglesia, sino un problema en la Iglesia, y que tenemos que pedir perdón por estos delitos y encontrar a las víctimas”, asegura.

Sobre sus dotes comunicativas, Olivié cree que no fue un gran comunicador televisivo a diferencia de Juan Pablo II o Francisco, pero sí como escritor: “Ha logrado divulgar la Teología de una manera fácil. Uno de sus legados son sus libros por los que pasará a la historia, una comunicación de largo plazo”.