La advertencia del Papa Francisco ante el inicio de la COP29: “No hay más tiempo para la indiferencia climática"

El Vaticano ha reclamado en el COP29 un modelo económico que garantice a los países menos desarrollados hacer frente a las catástrofes climáticas. El secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, ha sido uno de los que han intervenido en la apertura de la cumbre climática que se celebra en Bakú, leyendo la carta del Papa Francisco.

En su alocución, Parolin considera de “justicia” y no de “generosidad” que los países ricos “perdonen las deudas de los países que nunca podrán pagarlas”, recordando que entre el Norte y el Sur del mundo existe una verdadera “deuda ecológica” relacionada con los “desequilibrios comerciales con efectos sobre el medio ambiente” y con el “uso desproporcionado de los recursos naturales” durante largos períodos de tiempo.

En el mensaje de Jorge Mario Bergoglio leía por el cardenal italiano, advierte de que el tiempo se agota, por lo que “la salvaguardia de la creación es una de las cuestiones más urgentes de nuestro tiempo”.

En este sentido, el Pontífice ha lamentado que el desarrollo económico no ha contribuido a reducir las desigualdades, en detrimento del beneficio y de los intereses particulares que a su vez ha supuesto un empeoramiento de los problemas ambientales.

El cardenal Parolin reafirma el compromiso del vaticano con el cuidado del clima

Para invertir la tendencia y crear una cultura del respeto a la vida y a la dignidad humana, es necesario, para el Papa, “comprender que las consecuencias nefastas de los estilos de vida afectan a todos y proyectar juntos el futuro, para que las soluciones se propongan desde una perspectiva global, y no para defender simplemente los intereses de unos pocos países”.

Parolin, en nombre del obispo de Roma, ha reafirmado el apoyo de la Santa Sede en todos estos esfuerzos, especialmente en el campo de la educación ecológica integral y en la concienciación sobre el medio ambiente como un “problema humano y social a varios niveles” que requiere sobre todo un compromiso claro por parte de todos: “No podemos pasar de largo y mirar hacia otro lado. La indiferencia es cómplice de la injusticia”.

Por ello, el Sucesor de Pedro espera que de la Conferencia de Bakú salga “un acuerdo ambicioso”, que conduzca a un “desarrollo verdaderamente integrador”. “Les aseguro mi apoyo y el del Santo Padre”, concluye el secretario de Estado vaticano, “para prestar un servicio eficaz a la humanidad, para que todos podamos asumir la responsabilidad de salvaguardar no sólo nuestro futuro, sino el de todos”.