AUDIENCIA GENERAL

El Papa recuerda la palabra que no puedes olvidar decir cuando reces

Francisco ha recordado que en la oración cristiana decir "Padre", evoca la "calidez del abrazo entre un padre y un hijo"

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Pablo Valentín-Gamazo

Publicado el - Actualizado

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El Papa Francisco ha continuado en su catequesis sobre el "Padrenuestro" pidiendo a los fieles que nos fijemos en la palabra "Padre" a la ora de rezar, en su significado. Esta oración se centra en la palabra: ‘Abba, Padre’. "Esta expresión es tan importante para los cristianos que se ha conservado en su forma original, escuchando en ella la misma voz de Jesús”, ha señalado Francisco en la Audiencia General.

El Espíritu nos hace hijos adoptivos

El Santo Padre comentando el pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos (8,15), en el que el apóstol dice que, “hemos recibido el Espíritu que nos hace hijos adoptivos, por medio del cual gritamos: ¡Abba! ¡Padre!”. El Pontífice ha precisado que ese mismo Espíritu, es el que habita en nuestros corazones y clama: ¡Abba! ¡Padre!

“Esta invocación  se presenta dos veces y en ella se condensa toda la novedad del Evangelio. Después de haber conocido a Jesús y escuchado su predicación, el cristiano ya no considera a Dios como un tirano temible, ya no tiene miedo de Él, sino que siente que la confianza en Él florece en su corazón: puede hablar con el Creador llamándolo ‘Padre’. La expresión es tan importante para los cristianos que a menudo se ha conservado intacta en su forma original: Abba”.

La radical novedad de la oración cristiana

Asimismo, el Papa Francisco  ha explicado la rareza de la presencia de un término en arameo, cuando la tradición ha sido su traducción al griego. El Santo Padre ha añadido en este sentido que esta palabra es como si se hubiese quedado “grabada” la voz del mismo Jesús. Y esta es la novedad radical de la oración cristiana.

No se trata sólo de usar un símbolo que relacionar al misterio de Dios; en cambio, se trata de tener, por así decir, todo el mundo de Jesús decantado en el propio corazón. Si llevamos a cabo esta operación, podemos rezar con verdad el ‘Padre Nuestro’. Decir ‘Abba’ es algo mucho más íntimo y conmovedor que simplemente llamar a Dios ‘Padre’. Por eso alguien sugirió traducir la palabra aramea original ‘Abba’ con ‘Papá’ o ‘papito’. Con el corazón estamos invitados a decir Papá y a tener una relación con Dios como aquel de un niño con su padre”.

“¡Abba! ¡Padre! Estas expresiones evocan afecto, calidez, algo que nos proyecta en la etapa de la infancia: la imagen de un niño completamente envuelto en el abrazo de un padre que siente una ternura infinita por él”

Un Padre que sólo conoce el amor

Además, el Papa ha señalado que los Evangelios son los que mejor nos presentan el sentido de esta palabra. El “Padre Nuestro” adquiere sentido y color si aprendemos a rezarlo después de leer la parábola del Padre misericordioso.

“Imaginemos esta oración pronunciada por el hijo pródigo, después de haber experimentado el abrazo de su padre que lo había estado esperando durante mucho tiempo, un padre que no recuerda las palabras ofensivas que le dijo, un padre que ahora simplemente le hace entender cuánto lo extrañaba. Entonces descubrimos cómo esas palabras cobran vida y adquieren fuerza. Y nos preguntamos: ¿es posible que tú, oh Dios, sólo conozcas el amor? ¿Tú no conoces el odio? No – respondería Dios – yo conozco sólo el amor. ¿Dónde está en ti la venganza, el reclamo de justicia, la ira por tú honor herido? Y Dios respondería: yo sólo conozco el amor.

"Basta con evocar esta única expresión – Abba – para que se desarrolle una oración cristiana"

“Basta con evocar esta única expresión – Abba – para que se desarrolle una oración cristiana. Y San Pablo, en sus cartas, sigue el mismo camino, y no podía ser de otra manera, porque es el camino enseñado por Jesús: en esta invocación hay una fuerza que atrae a todo el resto de la oración”

Orar es simplemente decir Abba

Finalmente, el Papa Francisco ha precisado que Dios te busca aunque tú no. Dios te ama, aunque lo hayas olvidado. Dios ve una belleza en ti, incluso si piensas que has desperdiciado todos tus talentos innecesariamente. Dios es no sólo Padre, es como una madre que nunca deja de amar a su criatura.

“Puede ser que nosotros también caminemos por senderos alejados de Dios, como le sucedió al hijo pródigo; o caigamos en una soledad que nos hace sentir abandonados en el mundo; o, de nuevo, errar y ser paralizados por un sentido de culpabilidad. En estos tiempos difíciles, todavía podemos encontrar la fuerza para orar, empezando por la palabra ‘Padre’. Recuerde bien esto si alguien tiene cosas feas dentro de sí y que no sabe cómo resolverlas se dirija a Dios y le diga Padre y Él te responderá. No nos ocultará su rostro, no se cerrará en silencio: nos dirá que nunca nos ha perdido de vista”.