Francisco anima a los religiosos a vivir la caridad "teniendo ante los ojos el rostro de los pobres"
El Papa ha recibido a los capitulares de las Hermanas Dominicas Misioneras de San Sixto y las de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús, entre otras
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa Francisco ha recibido en audiencia esta mañana, en el Vaticano, a religiosos pertenecientes a cuatro congregaciones diferentes: Hermanas Dominicas Misioneras de San Sixto, de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús, de la Presentación de María Santísima en el Templo y de los Padres Vocacionistas.
El Papa ha hecho mucho hincapié durante su intervención en que lo 'verdaderamente importante' y lo que más contará en el llamado 'examen final de la vida' será el amor hacia los pobres y hacia los que más sufren.
"Ser libre no es permanecer eternamente en una encrucijada"
Francisco invitó a también a todos los religiosos que estuvieron presentes a a practicar el discernimiento también en “los momentos cotidianos de las pequeñas decisiones diarias”.“Nuestro mundo tiene tanta necesidad de redescubrir el gusto y la belleza de decidir, sobre todo respecto a las opciones definitivas, que determinan un giro decisivo en la vida, como la vocacional”.
El Pontífice pidió también a los religiosos que ayuden "a los jóvenes, a comprender que ser libre no es permanecer eternamente en una encrucijada, haciendo pequeñas ‘escapadas’ a diestra y siniestra, sin tomar nunca realmente un camino”.
Francisco también insistió en la importancia de la formación como “camino de crecimiento en la santidad que abarca toda la existencia”. Por ello destacó la labor de los formadores, ya que, añadió, “Su misión hoy es decididamente profética, en un contexto social y cultural caracterizado por la circulación vertiginosa y continua de informaciones, pero, por otra parte, dramáticamente pobre en relaciones humanas. Urgen en nuestro tiempo educadores que sepan hacerse amorosamente compañeros de las personas que se les confían”.
"Vivir la caridad teniendo ante los ojos el rostro de los pobres"
Finalmente les invitó a vivir la caridad teniendo constantemente ante los ojos el rostro de los pobres. Por ello reclamó que “en vuestras asambleas esté siempre vivo y palpitante el impulso de gratuidad y de amor desinteresado, gracias al cual comenzó su presencia en la Iglesia”. “El Señor no nos preguntará ‘¿Qué has estudiado? ¿Cuántos títulos tienes?’ … He aquí el antídoto eficaz para superar, en nosotros y a nuestro alrededor, la cultura del descarte: por favor, no descartéis a las personas, no seleccionéis a las personas con criterios mundanos: cuán importantes son, cuánto dinero tienen… esos criterios mundanos, fuera. No descartéis, sino recibid, abrazad a todos, amad a todos”, apuntaba el Pontífice.