Francisco recibe a enfermos y discapacitados atendidos por la Iglesia: "Todos nos necesitamos unos a otros"

“Dios ha creado a los seres humanos con capacidades únicas para enriquecer la diversidad de nuestro mundo”. De esta manera el Papa Francisco ha insuflado esperanza al centenar de enfermos, discapacitados y pobres con los que se ha encontrado en la sede de la Conferencia Episcopal de Indonesia. 

A todos ellos y a la comunidad cristiana, el Pontífice ha invitado a “afrontar las dificultades juntos, todos dando lo mejor de nosotros, aportando cada uno nuestra contribución única, nos enriquece y nos ayuda a descubrir día a día cuánto vale nuestro estar juntos, en el mundo, en la Iglesia, en la familia”.

Además de escuchar el saludo del presidente de la Conferencia de Obispos de Indonesia, Francisco ha tenido la oportunidad de conocer los testimonios de Mimi Lusli y Mikail Andrew Nathaniel, dos personas con discapacidad, para quienes el Santo Padre “son pequeñas estrellas brillantes en el cielo de este archipiélago, son los miembros más valiosos de esta Iglesia, sus tesoros como enseñó el diácono mártir San Lorenzo desde los primeros siglos del cristianismo”.

“todos nos necesitamos unos a otros" 

El joven indonesio Andrew Nathaniel ha participado recientemente en los Juegos Paralímpicos, circunstancia que el Papa ha aprovechado para recordar que juntos podemos afrontar las dificultades de la vida y estamos llamados a convertirnos en campeones del amor en la gran Olimpiada de la vida. 

“Afrontar las dificultades juntos, todos dando lo mejor de nosotros, aportando cada uno nuestra contribución única, nos enriquece y nos ayuda a descubrir día a día cuánto vale nuestro estar juntos, en el mundo, en la Iglesia, en la familia”, ha expresado el Sucesor de Pedro.

El Papa Francisco también ha indicado que para mantener viva nuestra esperanza y comprometernos, es necesario que tener presente que “todos nos necesitamos unos a otros y que esto no es malo”.

“De hecho, nos ayuda a comprender cada vez mejor que el amor es lo más importante en nuestra existencia, a darnos cuenta de cuántas personas buenas hay a nuestro alrededor. Luego, nos recuerda cuánto nos ama el Señor a todos, más allá de todos los límites y dificultades. Cada uno de nosotros es único a sus ojos, a los ojos del Señor, y Él nunca nos olvida: nunca”, ha apostillado.