El Limosnero del Papa ya está en Ucrania para entregar las camisetas térmicas a las víctimas de la guerra
Los participantes de la campaña solidaria impulsada por la Santa Sede han donado camisetas térmicas y generadores de corriente para que puedan afrontar el invierno
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Por quinta vez desde que estalló la guerra en Ucrania el pasado mes de febrero, el Limosnero del Papa Francisco, el cardenal Konrad Krajewski vuelve a Ucrania. Esta vez lo hace con la misión de entregar las camisetas térmicas y los generadores de corriente que han donado los participantes de la campaña solidaria impulsada por la Santa Sede para que muchas de las víctimas del conflicto bélico puedan hacer frente al invierno.
“Con su presencia, además de consuelo en la fe, el cardenal pretende llevar al martirizado pueblo ucraniano el fruto de la solidaridad recogida en las últimas semanas: generadores eléctricos, ropa térmica…”, precisa el Vaticano en nota de prensa.
El cardenal Konrad Krajewski ha asegurado que la campaña de crowdfunding ha tenido “una respuesta muy generosa". "En mis cuatro viajes anteriores vi el sufrimiento de la gente. Ahora hace frío, no hay calefacción, ni gas, ni electricidad, los ucranianos me han pedido camisetas térmicas", como armas para combatir las bajas temperaturas.
"El corazón de los italianos es dulce, abierto y bueno", ha añadido el Limosnero, quien se detuvo en la generosidad de tantos hacia el pueblo ucraniano.
Junto con las camisetas térmicas, también se entregan generadores de corriente comprados y donados para compensar la falta de electricidad debida a la guerra. Pero la entrega no significa que se interrumpa la recolección, de hecho, alertan desde la Santa Sede, hay que estar preparado para cualquier nueva necesidad porque el invierno es largo y frío.
La iniciativa no hace sino que dar cumplimiento a lo dictado por el Papa Francisco en la audiencia general, en la que demandaba vivir una Navidad más humilde, ahorrando algo para el pueblo ucraniano necesitado. "Sufren tanto, pasan hambre", dijo Francisco, quien alertaba que las víctimas "sienten el frío y muchos mueren porque no hay médicos ni enfermeras. Una Navidad sí, pero con los ucranianos en el corazón".