El precedente de Pablo VI y el código al que se acogió Benedicto XVI para renunciar
Fue en 2013 cuando el Papa Francisco firmó su renuncia en caso de impedimento médico, como ya haría hace casi sesenta años Pablo VI
Publicado el
3 min lectura
Sin duda, la noticia más destacada en el ámbito eclesiástico de este fin de semana es el anuncio del Papa Francisco de que firmó su renuncia al inicio de su Pontificado, en 2013, en caso de impedimento médico. Así lo avanzaba en la entrevista concedida al diario ABC.
A día de hoy, no parece probable que eso suceda, ya que pese a la limitación física que presente como consecuencia de su dolencia en la rodilla, su cabeza funciona a pleno rendimiento. Pero sus afirmaciones han hecho que muchos hayan vuelto a hablar de una posible renuncia del Santo Padre argentino a corto plazo.
Y es que son muchos los que recuerdan cuando, en febrero de 2013, Benedicto XVI renunció a su Pontificado. Fue el primero en hacerlo en varios siglos. Hasta entonces solo se conocía el precedente de Gregorio XII en 1415 (siglo XV).
Pero las circunstancias de la renuncia de Ratzinger serían diferentes a una hipotética marcha de Francisco en caso de impedimiento médico, ya que el alemán nunca firmó este documento que sí hicieron, además del actual Sucesor de Pedro, Pablo VI y Pío XII.
En el caso de Benedicto XVI, se acogió a la reforma puesta en marcha por el Papa Bonifacio VIII en el siglo XIV, que establecía que el obispo de Roma podía renunciar a su cargo libremente, sin necesidad de esperar a su fallecimiento.
Asimismo, el Canon 332 del Código de derecho canónico establece la hipótesis de la renuncia del Ministerio petrino. Específicamente, el segundo párrafo de la norma afirma que, "si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie".
La renuncia debe por tanto ser un acto libre, no sólo en el sentido de que el Papa no deber estar constreñido (física o moralmente) por alguien o por algo a hacerlo, sino que está a salvo de aquellos defectos de la voluntad (como el error, la violencia o el dolo) que hacen inválido un acto jurídico.
Pablo VI también dejó escrita en una carta su renuncia
La renuncia firmada por el Papa Francisco al inicio de su Pontificado no es inédita en la Iglesia, ya que se cree que primero Pío XII y luego Pablo VI hicieron lo propio. En este último caso, se sabe que dejó escrita en una carta su renuncia en caso de enfermedad incurable o impedimento grave. Era el 2 de mayo de 1965, dos años después de ser elegido Sucesor de Pedro.
En la misiva, publicada por L'Osservatore Romano, se pone de manifiesto que el Pontifice italiano había dejado escrito su deseo de renunciar a la Cátedra de Pedro en caso de enfermedad incurable o de otro “grave y prolongado impedimento”.
La misiva estaba dirigida a su Secretario de Estado y en ella expresaba su deseo de renunciar por cualquier enfermedad de larga duración o incurable que “me impida ejercitar las funciones del ministerio apostólico”.
El propio Papa Francisco leyó este documento de renuncia de Pablo VI, afirmando que se trataba de un testimonio “humilde y profético de amor a Cristo y a su Iglesia”, además de constituir una prueba más de la santidad del italiano.