El Papa Francisco pide no obstaculizar "el acceso de todos a la vacuna contra la covid-19"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Para hacer frente a la pandemia y lograr doblegarla, la vacunación a toda la población mundial se antoja como factor decisivo. El Papa Francisco ha insistido en reclamar a los países más desarrollados y a las élites un plan de vacunación para los territorios con menos recursos.
Así lo ha expresado este lunes, 10 de enero, en su audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. El Papa se ha detenido en las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia y ha pedido a la Organización Mundial de Comercio y la de Propiedad Intelectual adecuar las instrumentos jurídicos para que las reglas monopólicas no obstaculicen la producción y acceso universal a la vacuna contra la covid-19.
El acceso universal a la asistencia sanitaria sigue siendo un espejismo
"Sería conveniente que instituciones como la Organización Mundial del Comercio y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual adecuen sus propios instrumentos jurídicos, para que las reglas monopólicas no constituyan ulteriores obstáculos a la producción y a un acceso organizado y coherente a los tratamientos a nivel mundial", ha señalado el Papa en un discurso para felicitar el año nuevo a los embajadores acreditados ante la Santa Sede.
En su intervención, el obispo de Roma ha constatado "con dolor" que, en extensas zonas del mundo, "el acceso universal a la asistencia sanitaria sigue siendo un espejismo". "En un momento tan grave para toda la humanidad, reitero mi llamamiento para que los gobiernos y los entes privados implicados muestren sentido de responsabilidad, elaborando una respuesta coordinada a todos los niveles (local, nacional, regional y global), mediante nuevos modelos de solidaridad e instrumentos aptos para reforzar las capacidades de los países más necesitados", ha exhortado.
Un mundo de fuertes contrastes ideológicos
Por otro lado, ha pedido que se establezca un instrumento internacional sobre la preparación y la respuesta a las pandemias, bajo el patrocinio de la Organización Mundial de la Salud, para que los gobiernos adopten "una política de desinteresada ayuda mutua, como principio clave para que el acceso a instrumentos diagnósticos, vacunas y fármacos esté garantizado a todos".
En el tradicional encuentro de principios de año con el cuerpo diplomático, el Papa ha condenado "un mundo de fuertes contrastes ideológicos". "Muchas veces nos dejamos influenciar por la ideología del momento, a menudo basada en noticias sin fundamento o en hechos poco documentados. Toda afirmación ideológica cercena los vínculos que la razón humana tiene con la realidad objetiva de las cosas", ha explicado.
En este sentido, ha defendido que las vacunas "no son instrumentos mágicos de curación" sino que representan ciertamente, junto con los tratamientos que se están desarrollando, "la solución más razonable para la prevención de la enfermedad".
Hay una clara diferencia entre acoger, aunque sea limitadamente, y rechazar totalmente
Por otro lado, Francisco ha lamentado que los inmigrantes a menudo sean "transformados en armas de coacción política, en una especie de "artículo de negociación", que despoja a las personas de su dignidad". Así, ha reconocido ser "consciente de las dificultades que algunos estados encuentran frente a flujos ingentes de personas", pero ha instado a acogerlos e integrarlos venciendo "la indiferencia" y rechazando "la idea de que los migrantes sean un problema de los demás".
"A nadie se le puede pedir lo que no puede hacer, pero hay una clara diferencia entre acoger, aunque sea limitadamente, y rechazar totalmente (…) El resultado de semejante planteamiento se ve en la deshumanización misma de los migrantes, concentrados en los centros de registro e identificación, donde acaban siendo presa fácil de la delincuencia y de los traficantes de seres humanos, o por intentar desesperados planes de fuga que a veces culminan con la muerte", ha concluido.