El Papa Francisco señala que en el amor gratuito está la verdadera felicidad: “Comprar amor o mendigar afecto nunca nos harán sentir felices”
El Papa Francisco ha profundizado en la catequesis de este miércoles en uno de los pasajes más significativos del Evangelio: el del joven rico, tal como aparece en el Evangelio de Marcos

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El Papa Francisco ha profundizado en la catequesis de este miércoles en uno de los pasajes más significativos del Evangelio: el del joven rico, tal como aparece en el Evangelio de Marcos. El Pontífice ha propuesto una lectura espiritual de este episodio, enfocándose en el deseo profundo del corazón humano de ser amado y en la necesidad de liberarse de todo lo que impide ese encuentro con el amor gratuito de Dios.
El Santo Padre ha destacado que el protagonista del relato, a quien el evangelista simplemente describe como “un hombre”, representa a todas las personas que, a pesar de su cumplimiento externo de las normas religiosas, aún no han encontrado el sentido profundo de su existencia. “Es un hombre que ha guardado los mandamientos desde su juventud, pero que, a pesar de ello, aún no ha encontrado el sentido de su vida. Lo está buscando”.
El Papa ha subrayado cómo este hombre representa a alguien que, aunque aparentemente comprometido, no ha dado el paso definitivo para abandonar sus seguridades. Utilizó una metáfora clara: “Este hombre se construyó un barco de lujo, ¡pero se quedó en puerto!”. No se decide a zarpar, a lanzarse en la aventura del seguimiento radical de Cristo.
La lógica del mérito frente al amor gratuito
Francisco ha hecho hincapié en la forma en que este hombre se dirige a Jesús: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?”, como si pudiese obtenerse por derecho: “No conoce el vocabulario de la gratuidad. Todo le parece debido. Todo es un deber”, expresa Francisco.
Frente a esta lógica, Jesús no se queda en las apariencias. El evangelista señala que Jesús “fijó en él su mirada y lo amó”. Este gesto, según el Papa, revela que el Señor no se deja impresionar por los logros exteriores, sino que penetra en lo más profundo del corazón humano. “Jesús ama a este hombre incluso antes de invitarle a seguirle. Lo ama tal como es. El amor de Jesús es gratuito”, ha recalcado Jorge Mario Bergoglio.
El Pontífice ha insistido en que sólo cuando nos damos cuenta de que somos amados gratuitamente es posible la verdadera felicidad. “Mientras intentemos comprar amor o mendigar afecto, esas relaciones nunca nos harán sentir felices”, ha aseverado.
Una invitación a la libertad y al seguimiento
Jesús le propone a este hombre una verdadera transformación interior: vender lo que tiene, darlo a los pobres y seguirle. Para el Papa, esta propuesta es una invitación a dejar atrás los lastres que impiden amar libremente y ser amados. “No hay que seguir tomando para nosotros, sino dar a los pobres, poner a disposición, compartir”.
Sin embargo, el joven rico no acepta la invitación de Jesús. “Se marchó entristecido”, concluye el Evangelio. Para Francisco, esa tristeza es la señal de que el hombre no ha podido desprenderse de aquello que lo retiene. “Pensamos que son riquezas y, en cambio, no son más que lastres que nos retienen”, ha alertado.
En las palabras finales de su catequesis, el Papa elevó una oración por quienes se encuentran en esa misma situación de tristeza o indecisión: “Encomendemos al Corazón de Jesús a todos los que están tristes e indecisos, para que sientan la mirada amorosa del Señor, que se conmueve mirándonos con ternura”.