¿Por qué motivo los papas realizan una procesión penitencial cada miércoles de ceniza?

Desde la basílica romana de San Anselmo el Papa recorre a pie la subida que lleva a otra basílica, la de Santa Sabina

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Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

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Se trata de una de las más antiguas tradiciones que tienen lugar en la Diócesis de Roma: las “estaciones cuaresmales”, con las que se invita a los fieles a detenerse para meditar sobre la Pasión del Señor a las puertas de la Cuaresma.

El nombre de “estación” procede del latín statio, una palabra que en el lenguaje militar se traducía por “estar en guardia, velar” para recordar al cristiano la necesidad de permanecer vigilantes en estos días.

Antiguamente cada uno de los días de Cuaresma, los cristianos se reunían en una de las pequeñas iglesias de la ciudad -casi siempre dedicadas a los mártires-, donde el papa pronunciaba una oración y desde ahí se partía en procesión, cantando la letanía de los santos, hacia alguna de las basílicas, donde se celebraba la Misa.

El simbolismo de esta costumbre no era otro que resaltar el peregrinaje que los cristianos realizan en el itinerario hacia la Pascua.

Tal como marca la tradición el papa acude todos los años a la Basílica de San Anselmo. Ahí pronuncia una breve oración y acompañado de cardenales, arzobispos y obispos, los monjes benedictinos de San Anselmo, los padres dominicos de Santa Sabina y algunos fieles, inicia una procesión hasta la Basílica de Santa Sabina, en donde se celebra la Misa dentro de la cual se lleva a cabo el rito de la ceniza. Hay que tener en cuenta que este trayecto es cuesta arriba, un símbolo más del espíritu de penitencia que marca la Cuaresma. Según la costumbre, el cardenal que tiene el título de Santa Sabina es quien impone la ceniza al papa. En este caso, es el cardenal Jozef Tomko.

En el año 2016, como se celebraba el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco quiso que el miércoles de ceniza se realizara la ceremonia de “envío” de los “misioneros de la misericordia” a todo el mundo. Por ese motivo, excepcionalmente, y para que cupieran todos, la Misa se celebró en la Basílica de San Pedro.

El día después del Miércoles de Ceniza, el jueves 7 de marzo, el Papa presidirá en San Juan de Letrán el acto penitencial de inicio de Cuaresma, reservado al clero de la Diócesis de Roma.