¿Sabías que la Biblioteca Vaticana custodia el manuscrito completo de la Biblia más antiguo del mundo?
Entre las joyas que se guardan en sus muros está el Codex Vaticanus, el manuscrito completo de la Biblia más antiguo del que se tiene constancia
Roma - Publicado el - Actualizado
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Recibe el nombre oficial de Biblioteca Apostólica Vaticana y es uno de los lugares menos conocidos del Vaticano, porque su acceso está permitido únicamente a estudiosos e investigadores.
Fundada en 1451 por el Papa Nicolás V, en sus estanterías y almacenes hay guardados más de un millón de libros, ocho mil incunables, ciento cincuenta mil códices manuscritos, trescientas mil monedas y medallas y veinte mil dibujos e ilustraciones. La construcción del magnífico edificio en el que todavía se ubica fue encargada en 1587 al arquitecto Domenico Fontana.
Entre las joyas que se guardan en sus muros está el Codex Vaticanus, el manuscrito completo de la Biblia más antiguo del que se tiene constancia, datado en el siglo IV y escrito en griego en letras mayúsculas y sin espacios para separar las palabras. También se encuentra el papiro Bodmer XIV-XV, que contiene una transcripción de los evangelios según san Marcos y san Juan fechada en el año 200; la Biblia latina de 42 líneas, de Johann Gutenberg, el primer libro y la primera Biblia impresa en el mundo por la técnica de la imprenta; obras originales de Virgilio, y uno de los primeros ejemplares conservados de la ‘Divina comedia’ con ilustraciones de Boccaccio.
Hasta ahora, solo unos pocos afortunados podían acceder a los más antiguos manuscritos conservados de Homero, Sófocles, Platón o Hipócrates, pero desde diciembre de 2013 una parte de estos fondos está disponible en una página web especializada, financiada por la Fundación Polonsky. Los manuscritos hebreos son también piezas de importancia extraordinaria. La Biblioteca Vaticana conserva algunos de los más importantes del mundo, escritos entre los siglos IX y XVI: por ejemplo, el códice hebreo más antiguo, un Sifra del siglo IX, o una Biblia completa copiada en Italia a caballo entre los siglos XI y XII. Hay también muchos comentarios de la Biblia y de la Cábala, y del Talmud de gran valor. Tienen también mucho interés los textos en hebreo sobre medicina, filosofía, astronomía y otras ciencias.
Los Papiros Bodmer
Otra de las joyas que custodia la Biblioteca del Vaticano son los Papiros Bodmer, un grupo de veintidós papiros descubiertos en Egipto en 1952, que fueron adquiridos por el coleccionista suizo Martin Bodmer (1899-1971). En el 2007 la Biblioteca Vaticana adquirió dos de los mejores exponentes del conjunto, los papiros, el P74 y el P75.
Estos documentos contienen fragmentos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, junto a obras del cristianismo primitivo y de autores clásicos (Homero, Menandro), y una colección de cartas de los abades del Monasterio de San Pacomio.
El P74 que se guarda en el Vaticano contiene fragmentos de los Hechos de los Apóstoles, de la Carta de Santiago, de las dos Cartas de Pedro, de la Tercera Carta de Juan y de la Carta de Judas. Está mal conservado y data del s. VII s. VII.
En el P75 se recoge la práctica totalidad de los evangelios de Lucas y de Juan. Se le atribuye una fecha de realización entre los años 175 y 225, lo que lo convertiría en la copia más antigua que nos ha llegado del Evangelio de Lucas y en la segunda más antigua del de Juan.
Los tesoros del Archivo Secreto Vaticano
El Archivo Secreto Vaticano se separó del resto de la biblioteca a principios del siglo XVII, y por decisión del Papa Francisco ya no se denomina más “Archivo Secreto”, sino “Archivo Apostólico”.
El documento más antiguo que se custodia en este apartado data del S.VIII, y a partir del S.XII se conserva prácticamente toda la documentación relativa a la Iglesia. Además, se guardan documentos esenciales en la historia de muchos países, por ejemplo, la carta por la que el rey inglés Enrique VIII pidió su nulidad matrimonial (una nulidad que, al no ser concedida, junto a otros motivos acabó por desencadenar la escisión de la Iglesia Anglicana y el reconocimiento de la corona inglesa como cabeza de la Iglesia Anglicana), también se conservan las actas del proceso contra Galileo por defender que la Tierra giraba alrededor del Sol.
El acceso a este Archivo Apostólico Vaticano también requiere de permisos especiales. En principio hay que ser historiador, solicitar un permiso y justificar la necesidad de consulta de algunos de los documentos que aquí se conservan.