San Juan Pablo II, el Papa que dio 36 veces la vuelta al mundo: este es el país que más visitó

Viajó a 129 países y los únicos dos donde no fue recibido fueron Rusia y China; recorrió 1.247.613 kilómetros, lo que equivale a más de tres veces la distancia de la Tierra a la Luna

El Papa Juan Pablo II es el primer Papa en Noruega. El Papa deja Tromso para viajar a Islandia. El Papa saluda desde la escalerilla del vuelo.

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El Papa Juan Pablo II es el primer Papa en Noruega. El Papa deja Tromso para viajar a Islandia. El Papa saluda desde la escalerilla del vuelo.

José Manuel Nieto

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El pontificado de San Juan Pablo II estuvo marcado por su incesante afán evangelizador y su firme decisión de llevar el mensaje de Cristo a todos los rincones del mundo que hoy se recuerda cuando se están a punto de cumplir 20 años de su muerte. Desde su elección en 1978, dejó claro que no sería un Papa que se limitaría a los muros del Vaticano. Con un carisma arrollador y una profunda convicción de que la Iglesia debía estar presente en cada cultura y nación, el Papa Wojtyla emprendió una serie de viajes que lo convirtieron en el líder religioso más viajero de la historia.

Durante su pontificado, visitó 129 países, recorriendo un total de 1.247.613 kilómetros, una distancia que equivale a más de tres veces la distancia de la Tierra a la Luna. Su deseo de evangelización lo llevó a cruzar continentes y a ser recibido por millones de personas que veían en él a un líder espiritual cercano, comprometido y valiente. Sin embargo, hubo dos países donde nunca pudo ser recibido: Rusia y China. En el caso de Rusia, la negativa vino por parte del Patriarcado ortodoxo de Moscú, mientras que en China fueron las autoridades comunistas quienes bloquearon su ingreso, evitando cualquier tipo de acercamiento con la Iglesia católica.

El presidente Ronald Reagan con el Papa Juan Pablo II en el Aeropuerto Internacional de Miami en Florida

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El presidente Ronald Reagan con el Papa Juan Pablo II en el Aeropuerto Internacional de Miami en Florida

Su agenda de viajes fue incesante. Entre los desplazamientos más largos se encuentra el de mayo de 1984, que lo llevó a EE.UU., Corea, Nueva Guinea y Tailandia, con un recorrido de 38.441 kilómetros. Otro de los más extensos tuvo lugar en octubre de 1989, cuando visitó Seúl, Indonesia e islas Mauricio, recorriendo más de 39.000 kilómetros en apenas diez días. En cada país que pisaba, el mensaje de paz, reconciliación y defensa de los valores cristianos resonaba con fuerza entre los fieles y 20 años después de su muerte se recuerda.

Su país más visitado

A pesar de su incansable labor pastoral alrededor del mundo, Polonia, su tierra natal, fue el país que más veces visitó. Durante su pontificado, viajó a Polonia en nueve ocasiones, consolidando su papel clave en el fortalecimiento de la fe católica en un país que, en aquellos años, vivía bajo el yugo comunista. Su presencia allí representó un pilar fundamental en el resurgir del cristianismo y en el fortalecimiento del movimiento de resistencia pacífica liderado por Lech Walesa y el sindicato Solidaridad, que años después contribuiría a la caída del comunismo en Europa.

Le siguieron en número de visitas Francia, donde estuvo en ocho ocasiones, y Estados Unidos, con siete visitas. España también ocupó un lugar especial en su agenda, con cinco visitas a lo largo de su pontificado. La primera de ellas tuvo lugar en 1982, cuando recorrió durante diez días ciudades como Madrid, Ávila, Salamanca, Toledo, Sevilla, Zaragoza y Santiago de Compostela; una visita que hoy todavía se recuerda a punto de cumplirse 20 años de su muerte. Posteriormente, regresó en 1984, 1989, 1993 y 2003.

Estatua del Papa Juan Pablo II en la Catedral de Madrid durante un día caluroso el 13 de abril de 2017 en Madrid.

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Estatua del Papa Juan Pablo II en la Catedral de Madrid durante un día caluroso el 13 de abril de 2017 en Madrid.

Más allá de las cifras, los viajes de San Juan Pablo II dejaron huella en la historia. No solo fortalecieron la fe de millones de fieles, sino que también quedaron grabados en la memoria colectiva con imágenes icónicas, como su entrada en una mezquita en Damasco (2001), un gesto de diálogo interreligioso sin precedentes. También se convirtió en el primer Papa en visitar una sinagoga, en un claro mensaje de acercamiento a la comunidad judía. Además, su paso por la comunidad católica más al norte del mundo, a 350 kilómetros del Círculo Polar Ártico en Tromsø, Noruega, demostró su deseo de llegar hasta los lugares más remotos del planeta.

Su forma de viajar también rompió esquemas. Fue el primer Papa en residir en hoteles en lugar de nunciaturas, mostrando una cercanía especial con el pueblo. Además, ofició misas en lugares tan singulares como un almacén de aviones en Roma (1992), adaptando su evangelización a cualquier circunstancia.

El legado de su labor misionera sigue vivo. Su figura fue crucial en la caída del comunismo en Europa, y líderes como Lech Walesa han reconocido que el Papa polaco tuvo un papel decisivo en la disolución del sistema comunista de una manera pacífica y efectiva. Más allá de la política, su mensaje trascendió barreras ideológicas y religiosas, consolidándolo como uno de los Papas más influyentes de la historia.

Viaje a Francia de Juan Pablo II

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Viaje a Francia de Juan Pablo II

Hoy en día, su legado sigue presente. Las Jornadas Mundiales de la Juventud, iniciativa que él impulsó, continúan reuniendo a millones de jóvenes en todo el mundo para fortalecer su fe. Su canonización en 2014 confirmó su impacto en la Iglesia y en la historia moderna, demostrando que su misión evangelizadora sigue viva en cada rincón del planeta.

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