Segundo briefing de la cumbre: es necesario que los obispos rindan cuentas
El Vaticano presenta el resumen de la segunda jornada de la cumbre para la protección del menor en la Iglesia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La cumbre para la protección del menor que se está celebrando en el Vaticano toda la Iglesia católica ha dado su segundo 'briefing' o resumen de lo abordado en su segundo día. El viernes 22 de febrero el comité hace hincapié en la necesidad de que los obispos rindan cuentas sobre su omisiones y cómo hacerlo.
En este segundo día, se ha asegurado que se espera crear un punto de inflexión en la lacra de los abusos en la Iglesia y se ha ocupado en esta jornada en la rendición de cuentas.
Especialmente significativa fue la ponencia del obispo de Chicago (Estados Unidos), el cardenal Blase J. Cupich, que dio a los 190 líderes de la Iglesia católica, entre ellos 114 representantes de las Conferencias episcopales de todo el mundo, las bases para garantizar la responsabilidad de los obispos.
"Las madres y los padres nos han llamado a rendir cuentas, porque simplemente no pueden comprender cómo nosotros, como obispos y superiores religiosos, a menudo nos hemos cegado ante el alcance y el daño del abuso sexual de menores", les dijo el cardenal estadounidense.
Puntualizó que "todos los mecanismos para reportar acusaciones de abuso o mal manejo de casos de abuso contra un obispo deben ser transparentes y bien conocidos por los fieles" y además sugirió que se creen "mecanismos independientes de información en forma de una línea telefónica específica y un servicio de portal web para recibir y transmitir las acusaciones".
Además Cupich propuso "el establecimiento de un fondo común a nivel nacional, regional o provincial para cubrir los costes de las investigaciones a obispos" en los hipotéticos casos de abusos y habló de "involucrar y consultar a expertos laicos" en las investigaciones.
"Las víctimas y sus familias, así como las personas que presentan la acusación, necesitan ser tratadas con dignidad y respeto, y deben recibir una atención pastoral adecuada", propuso, además de que "ninguna persona debe ser discriminada o sufrir represalias sobre la base de la denuncia".
Igualmente recalcó que "la denuncia de un delito no debe verse obstaculizada por el secreto oficial o por normas de confidencialidad" y recomendó que se puedan "adoptar las medidas cautelares apropiadas, incluido el alejamiento temporal y público del acusado de su cargo".
En la rueda de prensa posterior a la sesión matutina, Cupich explicó que el Papa Francisco ha pedido "pasos concretos y resultados concretos" y que cree que se está haciendo.
Pero advirtió de que "podemos aprobar tantas leyes como queramos, pero si no hay una verdadera motivación por parte de los obispos, no vamos a llegar a ningún lado".
En la misma rueda de prensa, el obispo de Boston, el cardenal Sean O'Malley, apuntó que en estos momentos "no hay nada más urgente para la Iglesia que abordar el abuso, y los crímenes infligidos a los niños y a los adultos vulnerables".
O'Malley explicó que está muy satisfecho con este primer enfoque de la reunión que se ha centrado "en las víctimas" y dijo que "la Iglesia tiene que asumir la importancia y la gravedad de los abusos a los niños".
"Ante las personas decepcionadas, desmoralizadas por la Iglesia, es muy importante el mensaje que se ha lanzado hoy de que todos juntos tenemos que apoyarnos y hacer que la Iglesia sea uno de los lugares más seguros para los menores", agregó O'Malley en otro momento.
La sesión concluye, como en la primera jornada, con el testimonio personal de una mujer europea, víctima a la que escuchan en la plenaria.
El día de hoy ha comenzado con una oración y la lectura de un breve testimonio de una víctima: "Cuando fui abusada por un sacerdote, mi madre Iglesia me dejo sola. Cuando necesitaba a alguien en la Iglesia para hablar de mi abuso y mi soledad todos se escondieron. Me siento aun mas sola porque no se a quién acudir".
El Papa, que como ayer asistió a la reunión, publicó un tuit al respecto del tema del día: "Señor, líbranos de la tentación de querer salvar nuestra reputación y a nosotros mismos; ayúdanos a asumir la culpa y a buscar juntos respuestas humildes y concretas, en comunión con todo el Pueblo de Dios".