La “señora de las flores amarillas” que ha estado más de un mes llevando este regalo al Papa Francisco: “Para mí son como una terapia”

Carmela ha estado llevando flores al Santo Padre durante su ingreso en el Hospital Gemelli como ya hacía durante las audiencias, para desearle “una pronta recuperación”

Carmela Mancuso, la señora de las flores amarillas

Vatican Media


Redacción Religión

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“No sé qué decir. Gracias al Señor y al Santo Padre. No me creía tan 'vista'”. Estas palabras llenas de alegría son de Carmela Mancuso, la calabresa de 78 años que ha estado llevando flores al Papa Francisco durante su ingreso en el Hospital Gemelli de Roma, después de que el propio Pontífice se fijara en ella y la saludara, sabiendo que ha sido ella quien le ha regalado estas flores.

Más conocida en Roma como la “señora de las flores amarillas”, Carmela ha estado llevando ramos con flores de este color a Francisco una docena de veces en los 38 días que ha pasado hospitalizado. Y es que el Santo Padre, en su primera aparición tras salir del hospital, alcanzó a decir con voz muy baja: “Veo aquí a una señora con flores amarillas. Es buena”.

El Santo Padre tenía que dar la bendición y en su lugar vio mi ramo de rosas”, reaccionaba Carmela después de escuchar al Papa Francisco. “Le deseo una pronta recuperación y que vuelva como antes con nosotros”, añadía.

Flores como terapia

El Santo Padre ha pedido que los ramos que ha ido recibiendo estos días sean llevados a Santa María la Mayor para depositarlos a los pies del icono de la Salus Populi Romani.

Además, no es la primera vez que la “señora de las flores amarillas” le lleva este obsequio al Papa, ya que en muchas de las audiencias generales de los miércoles acude a llevárselas: «Para mí son como una terapia de color que acompaña las oraciones que dirige a Dios por todos los enfermos», declaraba a medios vaticanos.

El primer ramo de flores

La primera vez que Carmela utilizó las flores como oración, mensaje y terapia, fue en el Hospital pediátrico Bambino Gesù. “Solía ir allí a menudo y había una niña de tres meses a la que tenían que operar de algo delicado”.

El Papa Francisco en el balcon

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La operación fue un éxito y el primer pensamiento de Carmela fue llevar flores: “Desde entonces, siempre empecé a llevar flores en señal de agradecimiento". "De hecho, cada vez que llevo flores, pongo una tarjeta con muchos mensajes y pido una bendición para mis familiares y amigos. Y desde hace un mes también para el Papa”, señalaba.

«Animémoslo, acompañémoslo»

Carmela Mancuso dice que nunca temió por la vida de Francisco: “Siempre tuve esta gran confianza cuando vine aquí”. Ahora el Papa está de vuelta en Santa Marta y, por eso, asegura, no hay que dejar de rezar: “Animémoslo, acompañémoslo, lo conseguirá como la niña del Bambino Gesù que se curó”.