"Han ido a buscarlo casi al fin del mundo": así fue el primer discurso del Papa Francisco tras ser elegido
Aquella tarde del 13 de marzo de 2013 la Iglesia conoció al primer Papa del continente americano, el primer jesuita, el 266º Sucesor de Pedro
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Han pasado diez años desde aquel 13 de marzo de 2013. Aquella tarde la Iglesia conoció al primer Papa del continente americano, el primer jesuita, el 266º Sucesor de Pedro. Tras la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, el arzobispo de Buenos Aires fue elegido en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave
En una entrevista que concedió a la periodista Valentina Alazraki en 2015, dos años después de su elección, Francisco recordó que hasta el segundo día del cónclave no comenzó a ponerse nervioso. Ya en el almuerzo de aquel día notó “algo raro”, porque los cardenales empezaron a preguntarle por su salud. Antes del cónclave no aparecía en ninguna lista de papables, por lo que para él fue una sorpresa.
Recordando aquella jornada de hace 10 años, el Papa Francisco añadía que durante la votación rezaba el Rosario y tenía mucha paz: “Hasta el día de hoy no la he perdido. Es algo de adentro, que es como un regalo”.
Francisco nunca olvida el momento en el que se asomó al balcón por primera vez: “yo no sabía lo que iba a decir (…). Sentí profundamente que un ministro necesita la bendición de Dios, pero también la de su pueblo. No me atreví a decir que el pueblo me bendijera. Simplemente, dije ‘recen para que Dios a través suyo me bendiga’. Pero me fue saliendo todo espontáneo. Igual que lo de rezar por Benedicto. No sé. No preparé nada. Salió solo”.
Bendición Apostólica “Urbi et Orbi” - Primer saludo del Santo Padre Francisco
Hermanos y hermanas, buenas tardes.
Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo…, pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja.
(Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre).
Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí…
Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
(Bendición).
Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.