¿Y ahora qué? Así es el Protocolo Vaticano que marca la ruta para elegir al sucesor del Papa Francisco tras su muerte

Con el anuncio de su fallecimiento se pone en marcha un protocolo riguroso dentro del Vaticano

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Patricia Blázquez Serna

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Este lunes se pone fin a 12 años de Papado de Francisco después de que el cardenal camarlengo Kevin Farrell anunciara la muerte del Pontífice. El nombre de su sucesor lo conoceremos los próximos días, pero con el anuncio de su fallecimiento se pone en marcha un protocolo riguroso dentro del Vaticano.

Lo primero es saber que será el cardenal camarlengo Kevin Farrell será quien asuma, de forma temporal y hasta la reelección de un nuevo Papa, los mandos de la Iglesia. No podrá, eso sí, tomar decisiones de largo alcance. En cualquier caso, como decimos, activado el protocolo llegan una serie de sucesos que marcarán el camino hasta la celebración del cónclave.

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Varios fotógrafos esperan en la plaza de San Pedro del Vaticano (imagen de archivo)

DESTRUCCIÓN DEL ANILLO, FUNERAL Y ENTIERRO DEL PAPA

Una vez que se haya verificado el fallecimiento del Papa en la ceremonia de certificación que se celebrará este lunes en torno a las ocho de la tarde en la Capilla de Santa Marta, se destruye el Anillo del Pescador, que representa la autoridad del Papa. Ahí es cuando llega el momento denominado "sede vacante", momento en el que la Iglesia católica queda en manos del camarlengo hasta la elección de un nuevo Pontífice. 

Durante tres días el cuerpo del Papa Francisco estará expuesto en la Basílica de San Pedro, donde se espera que miles de fieles puedan acudir a despedirse y rendirle homenaje. Poco después se celebrará una misa funeral. Finalmente tendrá lugar su entierro, pero con ciertas diferencias con respecto a la mayoría de papas.

En este caso, y pese a que la gran mayoría son enterrados en el Vaticano, ya Francisco expresó su deseo de que su cuerpo descansara en la basílica de Santa María la Mayor. También pidió simplificar la celebración de las exequias para que fuera menos sencillo y menos recargado. De hecho, Francisco pidió que se hiciera un solo velatorio y no dos, como marcaba la tradición. 

El cuerpo será enterrado nunca antes de cuatro ni más allá de seis días después de su fallecimiento.

INICIO DEL CÓNCLAVE Y ANUNCIO DEL NUEVO PONTÍFICE

Se trata de un proceso muy riguroso. Entre y 15 y 20 días después de la muerte del Papa, todos los cardenales menores de 80 años son convocados a Roma para participar en la elección de un nuevo pontífice. 

Se reúnen bajo llave en la Capilla Sixtina, en el Vaticano, para elegir al próximo líder de la Iglesia. En él votarán 138 personas, de las que 252 forman el Colegio Cardenalicio.

Un proceso que puede llegar a durar hasta días. Durante ese tiempo, y hasta que finalmente haya fumata blanca en el Vaticano, los cardenales convocados se alojarán en la residencia vaticana Casa de Santa Marta. Ninguno de ellos tendrá acceso a dispositivos electrónicos como televisiones, radios o incluso teléfonos móviles. 

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Vista de humo blanco que anunció la elección del papa Francisco I

Antes de votar, todos los cardenales deben hacer dos juramentos: uno global, en el que se comprometen a guardar silencio sobre todo aquello que ocurra dentro de la Capilla Sixtina, y otro individual, mediante el cual se comprometen a aceptar el cargo en el caso de ser elegidos. Después de esto, se cierran las puertas de la Capilla Sixtina. 

Los 138 cardenales participan en una primera votación y después hay cuatro votaciones diarias, hasta que finalmente un candidato reciba dos tercios de los votos. En el caso de no hacerlo, las papeletas se queman con una mezcla de productos químicos, produciendo así ese humo negro. En el caso de ser elegido, se le preguntará si acepta el cargo y, después de hacerlo, elegirá un nombre papal y se pondrá las vestiduras para salir al balcón de la Basílica de San Pedro. 

Estas últimas papeletas se queman con otros productos químicos distintos, que producirán el característico humo blanco y, con ello, la llegada de un nuevo Pontífice al Vaticano. 

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