Así ha sido la llamada sorpresa del Papa Francisco a la abuela de monseñor George Koovakad
Sosamma Antony, de 95 años, es la abuela de George Koovakad que participa en la organización de los viajes apostólicos del Santo Padre desde 2021
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El Papa Francisco decidió hacer una sorpresa, a principios de este mes de septiembre, a Sosamma Antony, la abuela de monseñor George Koovakad, funcionario vaticano que participa en la organización de los viajes apostólicos del Santo Padre desde 2021.
El Papa se había preocupado por la salud de esta mujer de 95 años, especialmente tras ganar la batalla contra la covid-19 el año anterior. A principios de este mes, Francisco decidió llamar a la mujer: durante la breve conversación, el Papa y Sosamma intercambiaron bromas, saludos y bendiciones.
En el vídeo, el padre Thomas Kallukalam, prior de una comunidad de la Iglesia siro-malabar, respondió a la llamada en nombre de la señora Sosamma. El Papa se refirió cariñosamente a ella como "mamá" y pidió hablar con ella. Monseñor Koovakad hizo de traductor entre el Papa y su abuela durante este encuentro virtual.
Monseñor Koovakad había compartido con el Papa los problemas de salud de su abuela durante su viaje a Canadá en julio de 2022, explicándole que planeaba visitarla en la India después del viaje. Dada su edad y su reciente batalla contra la covid-19, su salud era motivo de gran preocupación.
El Papa Francisco continuó interesándose por la salud de la señora Sosamma a través de monseñor Koovakad. Finalmente, durante su viaje a Mongolia, expresó su deseo de hablar con ella directamente. El 2 de septiembre, mientras el Papa se encontraba en Ulán Bator, se realizó una videollamada al padre Kallukalam, en el distrito de Changanassery Kottayam, en Kerala.
La familia de la Sra. Sosamma se había reunido en su casa, y cuando respondieron a la llamada, fueron recibidos por el rostro del Papa. Saludó y dijo: "Saludos... Gracias". Preguntó por su salud y elogió la educación de su nieto. La abuela respondió a los cálidos saludos con una suave sonrisa y asegurando en voz baja que rezaría por su hijo. El Papa subrayó la importancia de sus oraciones, reconociendo el profundo valor de su fe.