¿Cómo surgió el Congreso de Líderes Religiosos Mundiales al que acudirá el Papa en Kazajistán?
Siguiendo los pasos de Juan Pablo II, Francisco pondrá rumbo a la antigua república soviética del 13 al 15 de septiembre y el patriarca Kirill no estará presente
Roma - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
Hace 20 años, el 24 de enero de 2002, Juan Pablo II convocó a Asís a los líderes de las grandes religiones mundiales para dialogar y orar por la paz tras la tragedia de las Torres Gemelas de Nueva York, del 11-9-2001.
Este encuentro marcó un antes y un después que ha dado muchos frutos y ha ayudado a superar incomprensiones y desconfianzas entre religiones y gobiernos.
A partir de aquella histórica jornada nació un gran deseo de involucrar a las religiones en pro de la paz, que ha contribuido a que la situación de algunos países no fuera a peor. Por primera vez las religiones estaban juntas por una causa común, tras haberse ignorado o, aún peor, enfrentado durante siglos. Las palabras del Papa Juan Pablo II el durante aquella Jornada de Oración por la Paz fueron toda una declaración de intenciones:
Juan Pablo II había estado ya en Asís en 1978, poco después de ser elegido Pontífice, para rezar ante la Tumba del Santo y volvió de nuevo en 1982, junto a todo el Episcopado italiano. En 1986 convocó la primera Jornada Interreligiosa de Oración por la Paz, un movimiento que ya es conocido mundialmente como "El Espíritu de Asís". El encuentro se repitió en 1993, para rezar por la paz en Bosnia, con representantes católicos, musulmanes y ortodoxos de la región. Su quinta visita a Asís fue en enero de 1998, para manifestar su cercanía a los afectados por el gran terremoto que sacudió la región el 24 de septiembre anterior, provocando cuatro víctimas.
Al encuentro del 24 de enero de 2002 el Papa acudió acompañado por unos doscientos líderes religiosos, entre ellos el Patriarca griego Bartolomé I; el Arzobispo anglicano de Canterbury Richard Garrad; Ishmael Noko, de la Federación Mundial Luterana; el Budista Geshe Tashi Tsering; Amadou Gasseto, representante de las religiones tradicionales africanas; del Induista Didi Talwalkar; el Jeque musulmán Al-Azhar Mohammed Tantawi; el rabí hebreo Israel Singer; y los católicos Clara Lubich y Andrea Riccardi.
El primer Congreso, convocado por primera vez por el ex presidente kazako Nazarbayev en septiembre de 2003
En aquella primera edición, que tuvo como modelo la Jornada de Oración por la Paz en el mundo convocada en Asís por San Juan Pablo II el 24 de enero de 2002 se reunieron en Astaná, ahora Nursultán, delegados enviados por 17 entidades religiosas de todo el mundo con el objetivo de impulsar el diálogo y la libertad religiosa. Durante las distintas sesiones se reafirmó la contribución de las diferentes tradiciones religiosas al diálogo y la armonía entre los pueblos y naciones.
A partir de ese momento ese Congreso se ha venido celebrando cada tres años y ha contado con la participación de distintos líderes en cada encuentro. La Santa Sede había enviado siempre representantes de alto nivel, cardenales y arzobispos, reconociendo la importancia de esta reunión para el diálogo interreligioso. El papa Francisco viajará a Kazajstán para participar activamente en la séptima edición del Congreso.
Los atentados del 11-S marcaron un antes y un después en la relación entre religiones
A nadie se le esconde que los atentados del 11-S llenaron el mundo de sospechas hacia los musulmanes, identificándoles en su conjunto como seguidores de Al Qaeda. De ahí la necesidad de poner en marcha iniciativas que rebajaran la tensión entre las distintas religiones y las sentaran a dialogar para dejar claro que no se podía instrumentalizar el nombre de Dios para justificar la violencia.
En este ambiente enrarecido el entonces presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáyev, consideró interesante reunir a los representantes de las religiones más importantes del mundo (cristianismo, islam, judaísmo, budismo, hinduismo, sintoísmo y zoroastrismo entre otras) para poner en común sus opiniones en torno al papel de la religión en la sociedad como factor de cohesión y de convivencia pacífica.
El Congreso parte del presupuesto de que las religiones son un instrumento eficaz para sembrar la paz en la sociedad y para contribuir al desarrollo y el progreso en las mismas.
En la agenda de Francisco, la búsqueda de la unidad entre los cristianos y el diálogo con las demás religiones resulta prioritaria. En estos momentos de guerra, el pontífice considera que su presencia en el congreso podrá contribuir a restablecer la ansiada paz.
El primer encuentro del Papa Francisco con el Patriarca Kirill: Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia
Durante un encuentro que parecía imposible el Papa Francisco y el Patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa intentaron poner fin a siglos de recelos entre la Iglesia católica y la mayor de las Iglesias ortodoxas. El 12 de febrero de 2016, en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana firmaron una declaración conjunta para impulsar la fraternidad.
Jamás se habían reunido un papa y un patriarca de Moscú. Francisco y Kirill hicieron historia. Con este gesto comenzaba a derruirse un muro de enemistad y desconfianza entre las dos confesiones cristianas. Era sólo el inicio de un proceso que no está siendo fácil, pero al menos se produjo un acercamiento esencial con una Iglesia que siempre ha marcado distancias con Roma y que, con unos 170 millones de fieles, es la segunda Iglesia cristiana más numerosa después de la católica.
Las disputas teológicas en torno a los concilios de Éfeso (431) y Calcedonia (451) originaron las separaciones de las Iglesias orientales antiguas. En 1054 se produjo el Gran Cisma de Oriente, en el que la Cristiandad quedó dividida en dos ramas, la ortodoxa, cuyo Patriarcado quedó establecido en Constantinopla (la actual Estambul), y la católica de Roma. El siglo XVI marcó la separación de luteranos y anglicanos. El camino de vuelta a la unidad comenzó en el siglo XIX y se ha acelerado en los dos últimos siglos.
El Congreso en Kazajistán, aún con la ausencia de Kirill, dará un nuevo avance en el diálogo interreligioso. Además del Papa Francisco asistirán al congreso el gran rabino asquenazí de Israel, David Lau; el gran rabino sefardí de Israel, Yitzhak Yosef; el gran Imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb; y el patriarca Teófilo III de Jerusalén, entre otros líderes religiosos.