Conoce a quién ha confiado el Papa las meditaciones del Vía Crucis en el Coliseo
Familias vinculadas a comunidades y asociaciones católicas de voluntariado y asistencia serán los encargados de llevar la cruz en las catorce estaciones
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Con motivo del año dedicado a la familia con el que la Iglesia celebra los cinco años de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, el Papa Francisco ha decidido confiar la elaboración de los textos de las meditaciones y oraciones del Vía Crucis del Viernes Santo a las familas.
Tal y como ha informado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, “estas familias están vinculadas a comunidades y asociaciones católicas de voluntariado y asistencia”. En base el tema elegido, serán las propias familias las que lleven la cruz entre una estación y otra.
Después de haberse celebrado en la Plaza de San Pedro durante dos años debido a la emergencia por el coronavirus, este 15 de abril la celebración volverá a desarrollarse en el Coliseo.
La inocencia de los niños y el sufrimiento de los reclusos, temas de los años anteriores
En 2021, las meditaciones fueron realizadas por niños pertenecientes al Grupo Scout Agesci "Foligno I" (Umbría) y de la parroquia romana "Santi Martiri di Uganda". Los niños habían relatado los "pequeños grandes sufrimientos" que acompañan su vida cotidiana: desde el miedo a la oscuridad hasta el del abandono, la experiencia de sus propias limitaciones, las burlas en la escuela, las peleas con sus padres, hasta el miedo infundido por la pandemia del Covid.
En el año 2020, año de la emergencia sanitaria, los reclusos de la cárcel Due Palazzi de Padua escribieron las meditaciones para el Vía Crucis 2020. Sus reflexiones incluyeron el dolor de una familia que había perdido a un ser querido por homicidio o la hija de un hombre condenado a cadena perpetua; el sufrimiento de la madre de un preso y la esperanza de un sacerdote acusado y finalmente absuelto por los tribunales después de ocho años de juicio ordinario; la responsabilidad de un educador de la prisión y de un magistrado de la libertad condicional; el trabajo de un catequista, de un fraile voluntario y de un policía de la prisión. Tantas situaciones de la vida para conformar un Vía Crucis que se ha convertido en Vía Lucis.