España gana en ciudadanos pero la natalidad sigue en caída: Las propuestas del Papa para revertirlo
España bate récord de población hasta los 48,3 millones de personas, pero la natalidad continúa siendo muy baja. El Pontífice ha ofrecido algunas claves para revertir la pirámide
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España volvió a ver incrementada su población hasta los 48,3 millones de personas. Un récord que sin embargo no esconde un problema estructural que sufre nuestro país: la baja tasa de natalidad. En los primeros cinco meses de 2023, se registraron tan solo 132.331 nacimientos, lo que supone más de 3.000 bebés menos que en el mismo periodo en 2022.
Se trata además de la cifra más baja de los cinco primeros meses de año en los últimos siete años, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los expertos apuntan que la natalidad debe ser entendida como un bien de primera necesidad para la población española, ya que corremos el riesgo de invertir la pirámide.
La población extranjera, detrás del aumento poblacional en España
De esta manera, el crecimiento de la población española se ha debido al mayor número de personas nacidad en el extranjero. Hasta 8,5 millones de habitantes que dieron a luz fuera de nuestras fronteras luego culminaron sus procesos para obtener la nacionalidad española.
Pero como hemos indicado más arriba, el aumento poblacional no esconde que en España cada vez nacen menos niños. Este 'invierno demográfico' tiene varias causas: el fenómeno cultural, la creencia de que un bebé puede condicionar y limitar tus aspiraciones o la falta de estabilidad en el mercado laboral, entre otras causas.
Las recetas del Papa Francisco para revertir la baja natalidad
Para la Iglesia, la baja natalidad es una preocupación extrema que ha manifestado en numerosas ocasiones el Papa Francisco. Y es que el 'invierno demográfico' no es un problema que solo padece España, sino buena parte de los países de nuestro entorno como Italia.
El pasado mes de mayo, el Pontífice argentino participó en una nueva edición de 'Los Estados Generales de la Natalidad' en Italia para analizar las causas y las posibles soluciones a la baja natalidad en Occidente. A continuación, resumimos la intervención del Santo Padre hace apenas tres meses.
En su discurso, el Papa pidió a los gobernantes y administraciones llevar a cabo políticas con visión de futuro para aumentar la tasa de natalidad en Europa, bajo el argumento de que el nacimiento de los bebés es un signo “para medir la esperanza de un pueblo”. Es decir, la ausencia de nacimientos de niños es un indicador de que la juventud es pesimista de cara a su futuro, lo que trae consigo, a juicio de Francisco, “un impacto económico y social que mina la confianza en el futuro".
El obispo de Roma lamentó la creencia de que “traer niños al mundo se percibe como una carga sobre las familias”. Una realidad que, según el Papa, condiciona la mentalidad de las jóvenes generaciones, que crecen en la incertidumbre, cuando no en la desilusión y el miedo", por lo que apela a un cambio de mentalidad entre este colectivo.
El Sucesor de Pedro reconocía también que las condiciones económicas no contribuyen a revertir el 'invierno demográfico' en Europa. En este sentido, lamentaba la dificultad de las parejas a la hora de encontrar un empleo estable, la dificultad para mantenerlo, o acceder a una vivienda en alquiler con salarios tan bajos. Por ello, apelaba a la responsabilidad de los gobernantes y de las empresas para solucionar esta cuestión.
Al hilo de la idea anterior, el Papa Francisco advertía del elevado número de mujeres que no tenían posibilidad de compaginar su carrera profesional con la maternidad por la falta de conciliación: “Muchas están aplastadas por la carga de cuidar de sus familias, sobre todo en presencia de ancianos frágiles y personas dependientes", por lo que invitaba a la clase política a actuar.