Francisco asegura buenos frutos sinodales
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En este último domingo de octubre y Trigésimo del Tiempo Ordinario, el Pontífice ha celebrado por la mañana a las 10 en la Basílica la Misa del Clausura del Sínodo sobre los jóvenes que culminó ayer con la presentación del Documento. En este festividad de los Santos Apóstoles Simón y Judas, el Santo Padre ha reflexionado sobre el Pasaje de Jeremías en el que recuerda el consuelo de Dios y su esperanza. Una esperanza que hemos visto en el Sínodo que augura sus frutos. Francisco ha recordado que los frutos esperados están ahora fermentando.
Lee aquí las palabras del Papa en el Ángelus.
A la vez que destacó que con esta “actitud fundamental de escucha”, han tratado de leer la realidad y de captar los signos de nuestros tiempos. De manera que – como prosiguió explicando el Papa – durante estos días se han confrontado acerca de cómo caminar juntos a través de tantos desafíos, como el mundo digital, el fenómeno de las migraciones, el sentido del cuerpo y de la sexualidad, el drama de las guerras y de la violencia”.
Y concluyó invitando a invocar por todo esto la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, a quien encomendó el agradecimiento a Dios por el don de este Sínodo.
Después de rezar el ángelus, el Papa Francisco recordó que ayer en Morales, Guatemala, fueron proclamados Beatos José Tullio Maruzzo, religioso de los Frailes Menores, y Luis Obdulio Arroyo Navarro, asesinados ambos por odio a la fe en el siglo pasado, durante la persecución contra la Iglesia, comprometida en promover la justicia y la paz.