El Gran Imán Al-Tayyib pide a los chiítas en Bahréin: Superemos los conflictos históricos
Al concluir el Foro de Diálogo de Bahréin, ha indicado: "Pronto llegará el día en que las relaciones entre Oriente y Occidente vuelvan a su cauce"
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Los católicos nos hemos fijado este viernes en las palabras del Papa Francisco al clausurar el Foro de Diálogo de Bahréin. Pero las palabras del Gran Imán Al-Tayyib a los chiítas han tenido gran transcendencia. Él mismo ha recibido al Pontífice a su llegada a la plaza Al-Fida' del Palacio Real de Sakhir, en Awali. Un abrazo entre ambos, captado por la cámara, sigue mostrando el profundo vínculo desarrollado a lo largo de los años y reforzado por los cinco encuentros que han mantenido desde 2016. A ellos se suma un sexto, esta tarde, en el "Palacio Real de Sakhir", donde Francisco se aloja durante estos tres días de viaje. El encuentro, privado.
Se busca un diálogo entre religiones para la paz y el diálogo entre Oriente y Occidente. Un diálogo dentro del Islam "serio" y "a favor de la unidad, del acercamiento". Por tanto, "disculpas" sinceras y recíprocas "por las cosas en las que no estamos de acuerdo". "Corazón abierto" y "manos extendidas" a "nuestros compañeros musulmanes chiítas". Así han sido las palabras de Al-Tayyib.
Los “frutos amargos” de la humanidad
Tanto el Papa como Al-Tayyb se han referido como "Querido hermano". El Gran Imán ha destacado que este Foro es “digno de ser recordado en la historia" en un momento dramático para la humanidad en el que los hombres y mujeres del siglo XXI están cosechando "frutos amargos": "Guerras, sangre, destrucción y pobreza, por no hablar de luto, orfandad; viudez, emigración, éxodo, el miedo a un futuro desconocido, lleno de terror, preocupación e inmensa oscuridad".
A todo ello se suman, según el líder islámico, "las víctimas de las guerras" causadas por "la economía de mercado y el monopolio de la riqueza, la codicia y el consumismo, el comercio y la exportación de armas pesadas y letales a países del tercer mundo, junto con la exportación de conflictos sectarios y étnicos y el fomento de la sedición y el conflicto, y la desestabilización de estos países seguros".
Tragedias apoyadas por teorías
Al-Tayyb también expresó su "pesar" por el hecho de que "las políticas que producen estas tragedias y desgracias se hayan apoyado en teorías" como la del "conflicto de civilizaciones", la "globalización" o todas las teorías "colonialistas". Absorbidos" por las sociedades occidentales, "han sido el criterio por el que se han regido las relaciones internacionales con los pueblos en desarrollo o pobres".
"No debemos desesperar", dijo el gran imán, "de que pronto llegará el día en que las relaciones entre Oriente y Occidente vuelvan a su cauce, estableciéndose así una relación de complementariedad y cooperación mutua, después de que las distancias se hayan acortado y las fronteras se hayan desvanecido, y después de que Occidente y Oriente ya no estén aislados el uno del otro, como ocurrió en el siglo pasado".
Perdonarse mutuamente
Para el islam también la autoridad de Al-Azhar ha invocado: "Debemos perdonarnos y disculparnos mutuamente por las cosas en las que no estamos de acuerdo, y por las consecuencias de ello; debemos detener los discursos de odio, las provocaciones y las infidelidades, teniendo en cuenta la necesidad de superar los conflictos históricos y contemporáneos con todos sus problemas y sedimentos".
De ahí el llamamiento "a mis hermanos, los juristas musulmanes de todo el mundo, independientemente de sus sectas y escuelas, a mantener un diálogo serio, un diálogo a favor de la unidad, del acercamiento, un diálogo para la fraternidad religiosa y humana, en el que rechacemos las causas de división, sedición y conflicto sectario y nos centremos en los puntos de acuerdo y encuentro".
La invitación a los "compañeros chiítas
"Extiendo esta invitación a todo el mundo, y en particular a nuestros camaradas musulmanes chiítas", dijo Al-Tayyb, afirmando que estaba "dispuesto", junto con los principales juristas de Al-Azhar y el Consejo de Ancianos Musulmanes (con el que el Papa se reunirá este viernes), "a celebrar dicha reunión con el corazón abierto y las manos extendidas".
"Sentémonos juntos en la misma mesa para superar las diferencias y fortalecer la cuestión islámica y la unidad de las posiciones realistas, que cumplen los propósitos del Islam y su ley, y prohibir a los musulmanes que escuchen los llamamientos a la división y la discordia; y evitar caer en las trampas que causan la inestabilidad en las naciones, el uso de la religión para lograr un fin étnico o sectario, y de interferir en los asuntos internos para debilitar la soberanía de los estados o usurpar sus tierras".
La intervención del Rey de Bahrein
También ha intervenido en el Foro de Diálogo el rey Hamad bin Isa Al Khalifa, que patrocinó el evento e invitó al Papa Francisco. Satisfecho con todas las intervenciones, el gobernante llamó a mirar las conclusiones y recomendaciones del Foro "con optimismo y gran esperanza como guía para fortalecer el camino de la hermandad de la humanidad, que tiene una gran necesidad, como nunca antes, de revivir los caminos de cercanía y entendimiento entre los seguidores de las religiones". "Unidad, no división", fue el deseo del Rey Hamad, que concluyó su discurso pidiendo a los líderes de todas las religiones que "sean unánimes en estas condiciones excepcionales para detener la guerra entre Rusia y Ucrania e iniciar negociaciones serias por el bien de toda la humanidad".