La historia de Pato, el migrante camerunés que perdió este verano a su hija y esposa en el desierto

Pato llegó a Lampedusa en barco hace unas semanas. Tanto él como su familia fueron abandonados sin comida ni agua en el desierto de Libia. Este viernes ha sido recibido por el Papa

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La historia de Pato, el migrante camerunés que perdió este verano a su hija y esposa en el desierto

Redacción Religión

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Mbengue Nyimbilo Crepin es un joven de Camerún que migró a Italia en busca de un futuro esperanzador. Le conocen como Pato. Llegó hace unas semanas en barco a la isla de Lampedusa. Su travesía comenzó este verano junto a su hija Marie, de seis años y su esposa Fati, de treinta, pero ambas perdieron la vida mientras cruzaban el desierto entre Libia y Túnez al morir de sed.

Los tres fueron abandonados en pleno desierto por milicias encargadas de deportar a los migrantes, debido a que los conflictos entre tunecinos y subsaharianos son cada vez más frecuentes.

La historia de Pato y su familia ha tenido eco en la prensa italiana y ha causado conmoción en el país, ya que la familia trataba de llegar a Túnez y su trágico destino se convirtió en símbolo de la vulnerabilidad de infinidad de migrantes subsaharianos.

El propio Pato, al pisar suelo italiano, contó a varios medios locales su historia y el trágico final de su hija y esposa: "Queríamos darle un futuro a la niña. Como francófonos, esperábamos que pudiera estudiar en Túnez y que allí también fuera más fácil para nosotros. No planeábamos cruzar el mar, sólo intentar vivir más pacíficamente", relató en una entrevista publicada por el diario italiano La Repubblica.

Tal y como continuó narrando, fueron "capturados y encerrados en un campo de detención en Ben Guarden", en Túnez. "Al día siguiente nos llevaron al desierto y nos dijeron que fuéramos a Libia. Nos dejaron allí sin agua ni comida. Sólo pudimos empezar a caminar", añadió.

Pato ha sido recibido por el Papa Francisco este viernes

Este viernes Pato ha sido recibido por el Papa Francisco en su residencia del Vaticano, la Casa Santa Marta, y tras escuchar al hombre, rezó por sus familiares.

Francisco también recordó el privilegio de nacer en lugares donde se puede estudiar y trabajar: "El privilegio es una deuda, lo que haces no es un añadido, es un deber", indicó el obispo de Roma según un comunicado de la Santa Sede.

Finalmente, antes de despedirse, el Papa pidió "por las personas que no han podido venir, por los que se encuentran en campos de detención y por tantos, muchos que sufren".

En la entrevista mencionada, Pato señaló: "Después de contar la historia de mi familia, de la muerte de Fati y Marie, recibí amenazas, no podía esperar más. La situación en Libia empeora día a día, cada mañana te despiertas sabiendo que podría ser la última porque podrían secuestrarte, llevarte a una de las cárceles o simplemente matarte".

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