Los doce puntos que recogen el pacto 'Economía de Francisco' firmado por el Papa: "No es una utopía"
Al final del acto en Asís, el obispo de Roma ha firmado el documento que recoge una economía alternativa, sostenible y que ponga a los más débiles en el centro
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El Papa Francisco ha firmado el pacto que rigen los principios del movimiento 'Economía de Francisco', y que para el Santo Padre debe poner a los pobres y descartados en el centro de nuestras miradas frente a un sistema económico que, tal y como ha afirmado en Asís, “mata” y “destruye”.
Tras su discurso del obispo de Roma ante un millar de jóvenes economistas y emprendedores seguidores de este movimiento congregados desde el pasado jueves en la ciudad italiana para reflexionar y ahondar en este cambio de modelo sostenible, ha firmado este pacto que debe constituir un antes y un después para el universo católico.
Un pacto donde se hace referencia a 'Economía de Francisco' no como un movimiento utópico, sino una economía comprometida con el medio ambiente y con la persona.
“Nosotros, jóvenes economistas, emprendedores, agentes de cambio, llamados aquí a Asís de todo el mundo, conscientes de la responsabilidad que pesa sobre nuestra generación, nos comprometemos ahora, individualmente y todos juntos, gastar nuestras vidas para que la economía de hoy y de mañana se convierta en una economía de Evangelio”, puede leerse al inicio del manifiesto leído en público por uno de los jóvenes asistentes al encuentro.
Las demandas que recoge el pacto 'Economía de Francisco'
“Una economía de paz y no de guerra”.
“Una economía que contrarreste la proliferación de armas, especialmente las más destructivas”.
“Una economía que cuide la creación y no la robe”.
“Una economía al servicio de la persona, de la familia y de la vida, respetuosa de toda mujer, hombre, niño, los ancianos y especialmente los más frágiles y vulnerables”.
“Una economía donde el cuidado reemplace el despilfarro y la indiferencia”.
“Una economía que no deje a nadie atrás, para construir una sociedad en la que las piedras desechadas por el mentalidad dominante se convierten en piedras angulares”.
“Una economía que reconozca y proteja el trabajo digno y seguro para todos, especialmente para las mujeres”.
“Una economía donde las finanzas sean amigas y aliadas de la economía real y del trabajo y no contra ellas”.
“Una economía que sepa potenciar y preservar las culturas y tradiciones de los pueblos, todas las especies los recursos vivos y naturales de la Tierra”.
“Una economía que combata la pobreza en todas sus formas, reduzca las desigualdades y sepa decir, con Jesús y con Francisco, "bienaventurados los pobres".
“Una economía guiada por la ética de la persona y abierta a la trascendencia”.
“Una economía que genere riqueza para todos, que genere alegría y no solo bienestar porque es una felicidad no compartido es muy poco”.
“No es una utopía”
Al final del pacto, aseguran que estos puntos no constituyen un modelo utópico, ya que muchos de estos puntos se están empezando a construir: “No es una utopía, porque ya la estamos construyendo. Y algunos de nosotros, en mañanas particularmente luminosas, ya hemos vislumbrado el comienzo de la tierra prometida”, afirman los economistas, empresarios, emprendedores, estudiantes y trabajadores firmantes.