Los 5 momentos que nos deja el Papa Francisco tras su viaje a Hungría: "Den a los jóvenes un futuro de paz"
Fueron tres días muy intensos para el Santo Padre con una agenda llena de encuentros y discursos: "La paz se hace siempre abriendo canales"
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El viaje del Papa Francisco a Hungría acabó como había empezado. El Santo Padre se dirigió ayer por por la noche a la Basílica de Santa María La Mayor para agradecer a la Virgen el buen resultado de los tres días en los que partició en diversos encuentros en Budapest. Unos minutos en oración ante el icono de la Virgen Salus Populi Romani, tan querida por el mismo Francisco.
Fueron tres días “intensos” para Francisco que visitó un país donde ya había estado el año pasado para el Congreso Eucarístico Internacional. El Papa dejó imágenes y discurso para la historia que en ECCLESIA os queremos recordar.
1 - Francisco y la Unión Europea
El Papa Francisco aterrizó alrededor de las 10h en Budapest y después de dos horas ya estaba pronunciando su primer discurso ante las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplómatico en el antiguo Monasterio de las Carmelitas.
Al recordar que este año se celebran los 150 años de fundación de Budapest, con la unión de tres ciudades: Buda y Óbuda, al oeste del Danubio, y Pest, situada en la costa contraria, el Santo Padre destacó que “el nacimiento de esta gran capital en el corazón del continente evoca el camino unitario emprendido por Europa, en el que Hungría encuentra el propio cauce vital. En la posguerra Europa representó, junto con las Naciones Unidas, la gran esperanza, con el objetivo común de que un lazo más estrecho entre las naciones previniera conflictos ulteriores”, recordó.
“En este momento histórico Europa es fundamental”, añadió el Papa, porque, “gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad y, por tanto, está llamada a desempeñar el rol que le corresponde: el de unir a los alejados”. Por tanto, “es esencial volver a encontrar el alma europea: el entusiasmo y el sueño de los padres fundadores, estadistas que supieron mirar más allá del propio tiempo, de las fronteras nacionales y las necesidades inmediatas, generando diplomacias capaces de recomponer la unidad, en vez de agrandar las divisiones”.
2 – El encuentro con los sacerdotes y los religiosos de Hungría
Francisco se reunión en la tarde del viernes con obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, seminaristas y agentes pastorales del país y que empezó con 4 testimonios del trabajo de la Iglesia en Hungría. Muy emocionante fue el testimonio del sacerdote József Brenner, hermano del beato János Brenner: "Los que vivimos la II Guerra Mundial siempre hemos sido fieles a la Iglesia. Nosotros tuvimos que huir y finalmente sufrimos la persecución del comunismo durante décadas. Soy sacerdote desde hace sesenta y seis años".
“Contra el derrotismo catastrofista y el conformismo mundano, el Evangelio nos da ojos nuevos, nos da la gracia del discernimiento para entrar en nuestro tiempo con actitud de acogida, pero también con espíritu profético. Por tanto, con acogida profética”, les dijo Francisco.
3 – El encuentro con los niños ciegos y con discapacidad motrices
El segundo día del Pontífice en Budapest empezó con la visita al Instituto Beato Lászlo Batthyány-Strattman, una entidad que acoge a niños ciegos y con discapacidades motrices. A ellos el Sucesor de Pedro dedicó una visita privada, en un acto muy emotivo que alternó cantos de los pequeños con palabras del director, György Inotay, quien eligió para empezar la oración franciscana de la paz. No eran previstos discursos para esta visita y, tras escuchar las palabras del director y los cantos de los niños, Francisco quiso improvisar algo.
“Muchas gracias a todos por su acogida y su ternura. Gracias por sus cantos, sus gestos, sus ojos. Gracias, señor director, porque ha querido comenzar este acto con la oración de San Francisco, que es un programa de vida. Porque siempre el santo pide la gracia de que donde no hay algo puedo hacer algo, cuando falta algo puedo hacer algo. En un caminar desde la realidad tal como es, llevarla adelante, hacer caminar la realidad. Y esto es puro Evangelio. Jesús vino a tomar la realidad tal como era y llevarla adelante. Hubiera sido más fácil tomar las ideas, las ideologías, y llevarlas adelante sin tener en cuenta la realidad. Este es el camino evangélico, este es el camino de Jesús. Y esto es lo que usted, señor Director, ha querido expresar con la oración de San Francisco. Gracias. Y gracias a todos”.
4 – El encuentro con pobres y refugiados
Después de visitar a los niños discapacitados, el Santo Padre se reunió con pobres y refugiados en la Iglesia de Santa Isabel. “Los pobres y los necesitados - no lo olvidemos nunca - están en el corazón del Evangelio: Jesús, en efecto, vino ‘a llevar la Buena Noticia a los pobres’”, afirmó el Papa recordando el “desafío apasionante” que ellos nos indican, “para que la fe que profesamos no sea prisionera de un culto alejado de la vida y no se convierta en presa de una especie de 'egoísmo espiritual', es decir, de una espiritualidad que me construyo a la medida de mi tranquilidad interior y de mi satisfacción”.
E indicó: “La fe verdadera, en cambio, es aquella que incomoda, que arriesga, que hace salir al encuentro de los pobres y capacita para hablar con la vida el lenguaje de la caridad. Como afirma san Pablo, podemos hablar muchas lenguas, poseer sabiduría y riquezas, pero si no tenemos caridad no poseemos nada y no somos nada”.
5 – Las palabras del Papa en el Regina Coeli
Francisco, tras la Santa Misa, rezó el Regina Coeli en la Plaza Kossuth Lajos de Budapest, ante unos 50 mil fieles húngaros. Tras su homilía, instó a ser como Jesús, “una puerta que nunca se le cierra en la cara a nadie” y que permite “experimentar la belleza del amor y del perdón del Señor”. Durante la oración mariana, el Santo Padre alentó a la unidad, y a la paz, entre "el martirizado pueblo ucraniano" y, también, "al pueblo ruso".
"Santísima Virgen, mira a los pueblos que más sufren. Mira sobre todo al cercano y martirizado pueblo ucraniano y al pueblo ruso, consagrados a ti. Tú eres la Reina de la paz, infunde en los corazones de los hombres y de los responsables de las naciones el deseo de construir la paz, de dar a las jóvenes generaciones un futuro de esperanza, no de guerra; un futuro lleno de cunas, no de tumbas; un mundo de hermanos, no de muros".