Los obispos alemanes se encontrarán esta semana con el Papa Francisco en medio de su espinoso camino sinodal
En su viaje de regreso de Baréin, Francisco explicó que los católicos alemanes ya cuentan "con una gran Iglesia protestante, por lo que no quiere otra "porque no será tan buena"
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Los obispos alemanes se encontrarán esta semana con el Papa Francisco en el Vaticano en el marco de la visita 'ad limina', donde previsiblemente se abordará el espinoso camino sinodal alemán que no comparte la Santa Sede.
El camino sinodal alemán empezó a andar en 2019, antes de la convocatoria mundial del Sínodo convocada en 2021 por el Pontifice argentino, planteado como un proceso en el que laicos y religiosos germanos, también obispos, debatían propuestas de cambio en la Iglesia católica, algunas polémicas, como repensar la moral sexual sobre la homosexualidad o el sacerdocio femenino.
Este afán de reforma nació a partir del informe de 2018 que sacaba a la luz 3.677 casos de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia a menores en los últimos setenta años. Según datos de la Conferencia Episcopal de Alemania en 2021, un total de 359.388 personas abandonaron la Iglesia Católica, batiendo así el récord de 2019, cuando hubo 273.000 decidieron dejarla.
Más allá de Alemania, el camino sinodal alemán ha sido motivo de fricciones continuas entre el Vaticano y los prelados germanos. La Santa Sede ha intervenido en varias ocasiones en el proceso, la última vez en julio de este año, cuando subrayó que la vía sinodal no tiene poder "para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevos enfoques de la doctrina y la moral". No obstante, en la última asamblea de otoño, celebrada el pasado mes de septiembre, ya empezaron a evidenciarse divisiones dentro del propio camino sinodal alemán, con el voto en contra de varios prelados a diferentes documentos.
Francisco ha expresado en varias ocasiones su opinión sobre la vía alemana. Recientemente, en el vuelo de regreso de Bahréin explicó a los periodistas que los católicos alemanes ya cuentan con "una gran Iglesia protestante" y que no quiere otra, "porque no será tan buena".
Paralelamente, la Iglesia de Alemania ha suavizado su discurso. El arzobispo de Munich, el cardenal Reinhard Marx, uno de los principales impulsores de la reforma de la Curia, dejó claro en una entrevista publicada en septiembre en el periódico francés 'La Croix' que no quieren inventarse una moral propia. "Ninguno de nosotros quiere sustituir al Papa, anular el derecho canónico o reescribir el dogma de la Iglesia. Lo que queremos es hacer preguntas, debatir y hacer avanzar la discusión. Formamos parte de la Iglesia universal. Tenemos la misión de aportar todos los elementos que consideramos importantes", explicó.