El mensaje del Papa a Bartolomé I por su 30º aniversario como Patriarca Ecuménico: "Trabajemos juntos"
Francisco ha resaltado el profundo vínculo personal que lo une con su "queridísimo hermano en Cristo" y le ha agradecido por la "amistad fraterna alimentada en muchos encuentros"
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El Papa Francisco ha enviado una carta a su “queridísimo hermano en Cristo”, Bartolomé I, por el aniversario de su elección como Arzobispo de Constantinopla y Patriarca Ecuménico: “Χρ?νια πολλ?! Ad multos annos!”, le escribe: "Me uno a vosotros en la acción de gracias al Señor por las numerosas bendiciones concedidas a vuestra vida y a vuestro ministerio a lo largo de estos años, y ruego a Dios, de quien proceden todos los dones, que os conceda salud, alegría espiritual y gracia abundante para sostener todos los aspectos de vuestro elevado servicio”.
En la misiva, el Santo Padre hace una reflexión sobre el “profundo vínculo personal”, que le une al patriarca, desde el momento de la inauguración de su ministerio papal. Un vínculo, dijo Francisco, que se ha convertido en una “amistad fraterna alimentada en muchos encuentros no sólo en Roma, sino también en el Fanar, en Jerusalén, Asís, El Cairo, Lesbos, Bari y Budapest”.
Bartolomé: su compromiso en salvaguardia de la creación
Francisco comparte con Bartolomé, la común responsabilidad pastoral “ante los urgentes desafíos a los que se enfrenta hoy toda la familia humana”. Y expresa su aprecio por el compromiso que realiza el Patriarca, con la salvaguardia de la creación: “Y por su reflexión sobre este tema, de la que he aprendido y sigo aprendiendo mucho. Con el estallido de la pandemia y las graves repercusiones sanitarias, sociales y económicas que se derivan de ella, su testimonio y sus enseñanzas sobre la necesidad de la conversión espiritual de la humanidad han adquirido una relevancia permanente”, le escribe.
Por último, el Papa le agradece al Patriarca por haber indicado “sin cesar el camino del diálogo, en la caridad y en la verdad, como única vía posible para la reconciliación entre los creyentes en Cristo y para el restablecimiento de su plena comunión. Con la ayuda de Dios, éste es el camino por el que ciertamente seguiremos caminando juntos, pues la cercanía y la solidaridad entre nuestras Iglesias son una contribución indispensable a la fraternidad universal y a la justicia social, de las que la humanidad está tan necesitada”.